días de fiestas
Actualizado:emos entrado en diciembre y todo se prepara y se engalana para recibir a las grandes fiestas que nos esperan. El tufillo de las Navidades está cada vez más cerca y las luces multicolor brillan en las calles y establecimientos como augurio de lo que se nos avecina. Desde diciembre hasta finales de marzo Cádiz vive una fiesta tras otra sin bajar la guardia y a pleno pulmón, a tope. Nochebuena, Año Nuevo, y Reyes son fiestas de consumismo desmesurado que roza la extravagancia. Días de fiestas que se alargan en lo infinito con la inmediata llegada del concurso de agrupaciones en el Falla justo una semana después de que los Reyes hayan pasado y posiblemente estén hecho un asco los juguetes de nuestros más pequeños. Llega el Carnaval en enero y hasta marzo las coplas y los desmadres se hacen dueños de la calle. Todo circula y corre a raudales rompiendo los moldes y los esquemas sociales. Terminado el Carnaval, la Cuaresma hace su aparición preparando el camino para la Semana Santa. La ciudad se despoja de su vestimenta ornamental de carnaval para exhibir nuevos decorados más místicos y litúrgicos y floridos. Y en todos éstos acontecimientos el ciudadano de a pie sin bajar la guardia, incombustible. Llega mayo y el Corpus se nos hecha encima casi sin darnos cuenta. En junio se abre la veda de la playa y ya hasta octubre. Siete meses de fiestas ininterrumpidas que no hay cuerpo que lo resista. Dinero sonante y boyante no habrá, pero bares, restaurantes y lugares de ocio están a tope. La cosa va mal dicen por ahí, desde la llegada del euro, no se ve claro el horizonte. A sí y todo, Cádiz resiste una vez más los ataques y asedios que estas batallas generan, y contra viento y marea, los gaditanos persisten y subsisten aunque caigan rendíos.