Dos soldados rusos depositan sus papeletas en un centro electoral. / AP
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Rusia se rinde a Putin al votar en masa a su partido

La formación Rusia Unida, del presidente habría obtenido el 63,6% de los votos, seguida muy de lejos por los comunistas

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Era una victoria anunciada de antemano y no hubo sorpresas que la malograsen. Rusia Unida, el partido cuya lista encabeza el presidente Vladímir Putin, arrasó en las elecciones parlamentarias de ayer. Obtuvo el 63,6% de los sufragios, una vez escrutadas el 30% de las papeletas. Un sondeo a pie de urna otorgaba al partido del Kremlin algo menos, el 61% ciento. En segundo lugar y a una distancia considerable quedó el Partido Comunista con un 11,3% de los sufragios, el mismo resultado que marcaban las encuestas a la salida de los colegios.

La tercera formación más votada fue el ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR) con el 9,6%. Los sondeos reducían esa cifra al 8,8%. Andréi Lugovói, el presunto asesino de Alexander Litvinenko, puede considerarse ya diputado. Rusia Unida, el Partido Comunista y los ultranacionalistas tienen asegurado su acceso al reparto de escaños. Rusia Justa, el grupo dirigido por el presidente del Senado, Serguéi Mirónov, sin embargo, no lo tiene garantizado. De acuerdo con las encuestas, Rusia Justa habría conseguido el 8,4%, pero el resultado sobre el 30% escrutado apuntaba sólo al 7,2%. Si, tras el final del recuento, el partido de Mirónov se queda por debajo del 7%, la barrera establecida por la ley, se quedará sin representación en la Duma, la Cámara baja del Parlamento.

El Partido Agrario (izquierda) habría obtenido el 2,5%, la formación liberal Yábloko, el 1,2%, y la Unión de Fuerzas de Derecha (SPS), el 1,1%. Ninguno de los otros cuatro partidos en liza logró ni siquiera el 1%. Hasta el final del escrutinio todo señalaba que iría cambiando algo la configuración del voto. Es posible que los comunistas mejoren ligeramente su porcentaje cuando empiecen a darse a conocer los resultados en el llamado 'cinturón rojo', las regiones del sur de Rusia bañadas por el Volga.

Algo parecido sucederá en relación con Yábloko y SPS cuando se conozcan los datos de ciudades como Moscú y San Petersburgo, prácticamente los únicos lugares en donde pueden encontrarse votantes liberales. El feudo de Yábloko se encuentra precisamente en San Petersburgo. No obstante, va a ser muy difícil que cambien demasiado las cosas. La victoria de Putin está ya cantada y falta sólo averiguar si su partido obtendrá o no los dos tercios de los escaños, es decir 300 sobre un total de 450, para poder acometer cualquier reforma constitucional o destituir, si hiciera falta, al próximo presidente que llegue al Kremlin.

En cualquier caso, si Putin no sumara el número suficiente de escaños, no tendría ningún problema en conseguir la ayuda del LDPR, organización política que ha demostrado ser una auténtica sucursal del Kremlin, o de Rusia Justa, si no se queda fuera. Se puede decir, por tanto, que el actual presidente se ha salido con la suya. Si no se rompe la cohesión en sus filas, contará desde el Parlamento con un potente instrumento de influencia.