«En temporada baja es muy difícil cuadrar las cuentas de un hotel»
El Alborán, de tres estrellas, es el único establecimiento hotelero que existe en el centro urbano de Chiclana; su clientela es muy distinta a la de Novo Sancti Petri
Actualizado: GuardarA priori, un tres estrellas (la media entre las 13.000 camas disponibles en la ciudad son cuatro), sin piscina y enclavado en un centro urbano no especialmente atractivo ni cuidado para atraer al turista harían que un establecimiento hotelero de esas características no tuviera futuro. La directora del hotel Alborán explica, sin embargo, sus claves para mantenerse entre la dura competencia del sector en un municipio como Chiclana.
-¿Cómo es posible luchar contra una competencia tan feroz en el sector hotelero que tiene Chiclana y su urbanización Novo Sancti Petri?
-Es que resulta que los hoteles de Novo Sancti Petri no son una competencia directa para nosotros. En el hotel Alborán tenemos un perfil de cliente muy diferente, que viene buscando cosas diferentes y que, aunque vaya un par de días a disfrutar de la playa, no llega a la ciudad atraído única y exclusivamente por la costa.
-¿Es el centro de Chiclana suficientemente atractivo por sí sólo para atraer al turista?
-Nosotros pensamos que en estos momentos hay muchas carencias y deficiencias en materia de seguridad, de señalización turística, de infraestructuras y de ocio en el centro, como para seguir atrayendo al turismo. Habría que cuidar mucho más el casco urbano si queremos que aumente el número de hoteles en la ciudad. Por ejemplo, en nuestro caso no nos da muy buena imagen el hecho de estar situados justo al lado de una parada de autobuses que está siempre sucia; llevamos años luchando por mejorar estas condiciones y pensamos que para que aumenten las plazas hoteleras en el casco urbano de Chiclana deberían mejorarse las condiciones y los atractivos para el turista a todos los niveles.
-Pero más hoteles supondría mayor competencia para ustedes, ¿no?
-Evidentemente sí, pero en nuestro caso no nos preocupa. Desde que abrimos en el año 2001 tenemos la suerte de contar con numerosos clientes fieles; alojamos también a grupos que realizan circuitos por la provincia de Cádiz y que vienen buscando un alojamiento de calidad, cómodo y bien comunicado con las infraestructuras por carretera y aeropuertos.
-Su clientela entonces no buscará lo mismo que la de los grandes hoteles del Novo.
-Sin duda. Lo que ocurre es que nosotros partimos con la ventaja de no cerrar en todo el año. Además nuestro perfil de cliente es un tanto diferente. Al Alborán viene un 80% o un 85% de clientes nacionales, que llega buscando realizar otras actividades más amplias que ir a la playa, que quiere alojarse y aprovechar el día para conocer la provincia o visitar bodegas, ver los caballos e ir de monumentos.
-¿Los precios son otra ventaja?
-También forman parte de la completa oferta de este establecimiento. Nosotros en temporada alta tenemos la habitación doble a 102 euros más IVA. Eso hace que no entremos en competencia directa con casi ningún establecimiento de la costa. No podemos hacerlo. No estamos en primera línea de playa, no tenemos piscina, pero nuestros encantos son otros.
-¿Cómo llevan el tema de la estacionalidad?
-Ese asunto es muy delicado. La verdad es que a día de hoy resulta muy complicado cuadrar las cuentas y sacar los números adelante en meses como diciembre o enero de la temporada baja. Permanecer abiertos todo el año nos hace tener una pequeña ventaja en los meses de menor ocupación. Hay clientes para todos los gustos y niveles adquisitivos, lo único que hay que hacer es tratar de captarlos.
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