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El reglamento, en el ruedo
Los aficionados valoraron en Puerto Real el primer año de la norma taurina
Actualizado: GuardarNo sería posible la fiesta sin reglamento». Contundente aseveración con la que el Director General de Juegos y Espectáculos de la Junta de Andalucía, José Antonio Soriano, concluía su valoración sobre la primera temporada completa de vigencia del nuevo reglamento taurino de Andalucía.
Moderada por el aficionado José Almenara, la Tertulia taurina Cambio de Tercio de Puerto Real, convocó una interesante mesa redonda sobre este tema, en la que también intervinieron Rafael Sestelo y Antonio Ruíz, presidente y veterinario, respectivamente, de la plaza de toros de El Puerto.
Sobre José Antonio Soriano recayó el encargo del Parlamento andaluz de elaborar una nueva normativa taurina con competencia exclusiva en esta Comunidad. Para ello, recabó opiniones de empresarios, toreros, subalternos, ganaderos, aficionados, e intentó un difícil consenso en la plasmación definitiva del articulado. Finalmente éste vio la luz en el BOJA de 3 de abril de 2006 y desde entonces rige todo el acontecer taurino en los cosos andaluces. Tras año y medio en vigor, el director andaluz se mostró muy satisfecho con el buen funcionamiento del nuevo registro de empresas, que faculta el conocimiento de los nombres y apellidos de las personas que organizan los espectáculos. No manifestó la misma alegría con el proceder en algunas plazas de tercera categoría, en las que se necesitan, recalcó, «presidentes independientes y con un mínimo de conocimientos taurinos.» Pero donde reconoció abiertamente su error fue en haber dejado a discreción de las empresas la opción de prender o no a las reses con su divisa distintiva. Pues más que una costumbre, el anuncio policromado de la procedencia del toro suponía ya todo un rito dentro de la propia liturgia del festejo. Tanto Rafael Sestelo como Antonio Ruíz valoraron de forma muy positiva tanto la posibilidad que introduce el nuevo reglamento de realizar un primer reconocimiento de los toros en el campo como la incorporación de aficionados en el posterior reconocimiento en las plazas. Pero todos se lamentaron de lo mal que se realiza la suerte de varas, a pesar de que su debida ejecución aparece expresamente descrita en su artículo correspondiente.
Sobre esas escasas innovaciones, el público asistente manifestó su parecer a lo largo de una entretenida tertulia. Así, se discutió en torno a la reducción del tiempo que disponen los espectadores para recibir el importe de su localidad en caso de variación del cartel, acerca la idoneidad o no de disminuir en 40 kilos el peso máximo de los novillos para permitir su lidia, sobre si hacer extensible el indulto a cosos de tercera categoría resultará positivo o todo lo contrario y, sobre todo, se discutió con calor la puerta que se le vuelve a abrir a los ganaderos para lidiar «bajo su responsabilidad» una res rechazada por presunta manipulación en las astas, extremo éste ya suprimido en el actual reglamento nacional.