Vidas arrebatadas
Actualizado:a carta enviada por Ingrid Betancourt a su madre constituye un estremecedor testimonio de las horas de vida que han arrebatado las FARC a todos y cada uno de los miles de colombianos a los que han secuestrado en su intolerable pulso con el Estado. «Aquí vivimos muertos», escribe la ex candidata presidencial, quien después de casi seis años en poder de la narcoguerrilla sólo conserva la terrible libertad de no permitirse desear nada. Las palabras de Betancourt, condenada a un inhumano cautiverio, retratan el problema de la violencia en Colombia en su dimensión primera y esencial. Que no es otra que la del injusto sufrimiento al que las FARC han sometido a las víctimas de su estrategia de chantaje, que ha contribuido decisivamente a mermar la vitalidad de un país socavado por la desesperanza.