PAN Y CIRCO

Mala conciencia

Estos ingleses son la leche, Al tío Ron ha terminado por salirle la vena sentimental al asegurar a diestro y siniestro que no hay que descartar la posibilidad de que Pedro de la Rosa sea el compañero de Hamilton la próxima temporada. El asunto tiene pelotas porque ahora resulta que otro españolito podría seguir pilotando para una escudería que tras su annus horribilis busca desesperadamente el modo de espiar cuantos pecados ha ido cometiendo desde que Alonso ingresara en sus filas. Analizada desde el prisma más complaciente, la jugada podría ser la última ocasión que se le va a presentar a un veterano de subirse al carro de la apenas media docena de privilegiados capaces de ganar un gran premio.

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Los antecedentes -cuando suplió al díscolo Montoya- apuntan a que se puede esperar lo mejor de un tipo del que todo el mundo habla maravillas como profesional, comentarista televisivo y como persona. Sólo el destino no ha sabido estar a la altura de los merecimientos del probador de McLaren. Sería fantástico verle de nuevo puntuando para una escudería a la que siempre ha sido fiel incluso en los momentos en los que le han crecido los enanos y a sus payasos se les ha helado la sonrisa. El lado más turbio de este cuento con final incierto es que ya sabemos de antemano quiénes son los malos de la película. Pedro es lo suficientemente maduro para saber qué papel le tocaría desempeñar, cómo se las gasta el insolente que se enfundará un mono con sus mismos colores y de dónde le lloveran los palos si se atreve a saltarse el guión establecido desde Woking.

Pero tranquilos, De la Rosa ya ha demostrado ser un artista a la hora de navegar por aguas turbulentas y ésa es una virtud que Ron Dennis debería agradecerle eternamente y que el Banco de Santander esconde en la manga para recuperarse de la cara de tonto que se le quedó con la espantada del bicampeón.