ETA asesina a un guardia civil en Francia y hiere de muerte a otro en un atentado sin precedentes
Un impresionante dispositivo busca por Aquitania al comando etarra, que disparó contra los dos agentes tras reconocerles en el bar de un hipermercado de Las Landas
Actualizado:Un impresionante dispositivo policial busca por tierra y aire en toda la región de Aquitania a los autores del primer asesinato por ETA en Francia de un agente de las fuerzas de seguridad españolas en servicio. Los fugitivos, dos hombres y una mujer, abatieron a bocajarro de sendos disparos en la cabeza a dos guardias civiles de paisano con los que habían coincidido a la hora del desayuno en una cafetería de Capbreton (Las Landas). Raúl Centeno resultó muerto en el acto. Fernando Trapero se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Bayona.
Se trata del primer atentado mortal desde la ruptura formal de la tregua, el pasado junio. También es el primer asesinato en Francia desde la Transición. En el único precedente, que data de 1976, las víctimas fueron dos policías que habían cruzado la frontera para ver una película.
La película de los hechos comienza hacia las nueve de la mañana en la cafetería 'Les Ecureuilles', anexa al centro comercial que la cadena de hipermercados Leclerc tiene en la localidad balnearia de Capbreton (Las Landas), a unos 25 kilómetros de Bayona. Los guardias civiles Raúl Centeno Pallón y Fernando Trapero Blázquez, madrileños de 24 y 23 años, respectivamente, se habían sentado a una mesa del establecimiento a tomar un café. Los dos agentes, adscritos al Grupo de Apoyo Operativo (GAO) de la Guardia Civil, vestían de paisano y al parecer no iban armados, a falta de confirmación oficial.
En una mesa cercana, a una distancia que permitía escuchar las conversaciones recíprocas, se encontraban ya dos hombres y una mujer tomando unas consumiciones. «No era, por supuesto, un lugar donde estuvieran habitualmente presentes los miembros de la Guardia Civil, sino un lugar escogido al azar», declaró el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien sostuvo la tesis de un encuentro fortuito con un «reconocimiento mutuo».
«No sabemos por qué se han debido reconocer y el resultado es que cuando han salido los guardias civiles han salido detrás los tres etarras», relató. «Al parecer, desde dentro de la cafetería se han escuchado gritos fuera, por tanto ha debido haber gritos o una conversación», añadió el ministro en Capbreton, tras visitar el escenario del crimen.
Su colega gala, Michèle Alliot Marie, confirmó que los agentes españoles participaban en «una misión habitual de cooperación con la policía francesa en la lucha contra el terrorismo de ETA». En concreto, se trataba de un dispositivo de localización e identificación de etarras establecido en el marco de los acuerdos permanentes de colaboración entre los servicios de información galos (Renseignements Généraux, RG) y de la Guardia Civil.
El atentado se produjo hacia las nueve y veinte cuando los agentes Centeno y Trapero se disponían a subir a su automóvil, un coche camuflado con matrículas atribuidas al Ministerio del Interior francés, que se encontraba estacionado en un aparcamiento contiguo. Sin que se conozcan las circunstancias exactas del episodio, los dos etarras varones dispararon una bala a bocajarro en la cabeza a los dos agentes y acto seguido se dieron a la fuga en un vehículo conducido por la mujer.
Con sus allegados
Los disparos causaron la muerte en el acto de Raúl Centeno. Fernando Trapero fue trasladado al hospital Côte Basque de Bayona (País Vasco francés), donde anoche se debatía entre la vida y la muerte en el servicio de reanimación. Según el parte médico, sufre un «traumatismo craneocerebral con un coma desde el inicio» y «presenta un edema cerebral mayor". En el centro sanitario, donde fue visitado por los dos ministros del Interior, se encuentran también sus padres, hermana, novia y otros allegados.
Los tiros no fueron escuchados por los demás agentes de la Guardia Civil y de los RG que participaban en el operativo ya que se encontraban desplegados a bastante distancia en otros puntos del sector sometido a vigilancia. Empleados y clientes de establecimientos del complejo comercial, alertados por los estampidos, vieron a los agresores huir a bordo de un Volswagen Golf gris matriculado en el departamento de Gironda.
El turismo, que había sido robado el pasado mes de febrero en Burdeos, apareció abandonado en la localidad de Saint-Sever (Las Landas), en cuyo casco urbano el comando se apoderó de otro automóvil a punta de pistola. En el interior del vehículo se encontró una pequeño artefacto explosivo -de sólo 300 gramos-, según confirmaron fuentes de la lucha antiterrorista españolas, que creen que este dato indicaría que el comando se dirigía hacia España antes de toparse con los dos guardias civiles. La conductora, una mujer joven a la que obligaron a viajar con la cabeza oculta bajo una prenda de vestir, fue liberada unos kilómetros más hacia el Norte.
La dejaron atada a un árbol en un bosque perteneciente al término municipal de Saucats (Gironda), a una quincena de kilómetros al sur de Burdeos. La rehén, tras liberarse de las ligaduras, se presentó sana y salva en el cuartel más cercano de la Gendarmería donde denunció que los ladrones se habían escapado en un Peugeot 307 oscuro.
Las fuerzas de Gendarmería y Policía francesas desplegaron un importante dispositivo de búsqueda y persecución de los fugitivos con numerosos medios terrestres y aéreos en el marco del denominado Plan Epervier (Gavilán). Apoyadas por varios helicópteros, las tropas patrullaron e instalaron controles en los puntos neurálgicos de Las Landas, Pirineos Atlánticos, Dordoñoa, Gironda, Lot y Garona así como Poitou-Charentes. «No perdemos la esperanza de poder detenerlos en las próximas horas», señaló un responsable de la investigación.