Varios edificios de viviendas en construcción. / LA VOZ
Economia

La renegociación ya no permite abaratar los intereses en las hipotecas variables

Hace un año la 'pelea' con bancos y cajas lograba de media ahorros considerables, pero ahora sólo se consiguen rebajas en los contratos a tipo fijo Inmobiliarias y constructoras acumulan unos niveles de deuda preocupantes

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Miles de españoles acuden cada día a su entidad financiera para intentar revisar las condiciones de su préstamo hipotecario. El objetivo es abaratar en la medida de lo posible unos créditos que en el último año se han complicado sobremanera por el repunte incontrolado del euríbor. No todos lo consiguen y, quienes cierran un acuerdo se ven en numerosas ocasiones obligados a pasar por el aro y a contratar nuevos servicios. Hasta ahora, y a pesar de las nuevas obligaciones que se firmaran, la pelea era rentable. Según el INE, en los contratos a tipo variable la renegociación ya no supone ninguna mejora en los costes de los intereses.

Los últimos datos del INE revelan que durante el pasado mes septiembre 29.215 hipotecas cambiaron sus condiciones, lo que supone un incremento del 25,2% respecto al mismo mes de 2006. La inmensa mayoría, más de 21.000, eran contratos vinculados a la compra de una casa. Se produjeron 22.635 novaciones o, lo que es lo mismo, nuevos préstamos en sustitución del primero con la misma entidad crediticia frente a algo más de 4.500 cambios de entidad.

Un tira y afloja

La mitad de las modificaciones se debieron a cambios en los tipos de interés. Un movimiento en el que nadie quiere tipos fijos, a pesar de los llamamientos del sistema financiero y del propio Gobierno para que los sufridores de hipotecas apuesten por ellos. De hecho, tras las renegociaciones, el porcentaje de éstos cae del 6,8% al 2,4% del total de los revisados. No es de extrañar, pues aunque el euríbor no deja de subir los tipos fijos que imponen bancos y cajas son de órdago. Aún así, el tira y afloja en estos contratos a tipo fijo aún permite de media una pequeña rebaja del 0,3% en el coste de los intereses. No sirve de consuelo, pues hace un año esa mejora era de casi un punto (0,98).

Donde ya no hay nada que rascar es en las hipotecas a tipo variable, en las que el promedio de las nuevas condiciones no sólo no presenta abaratamientos sino que supone un encarecimiento de 0,89 puntos. La dureza del contexto es más evidente si se piensa que en septiembre de 2006, esa misma negociación generaba un recorte del 0,29% en el tipo de interés. La marcha del euríbor y la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos pesan como una losa sobre los españolitos de a pie e, incluso, sobre las grandes compañías.

Más difícil

Las condiciones para conceder una hipoteca en España se van a estrechar a pasos agigantados, según se desprende de la Encuesta de Préstamos Bancarios del Banco de España correspondiente a octubre. El informe señala también que, por primera vez en cuatro años, las familias piden menos préstamos en términos interanuales. Bancos y cajas ya reconocen que hay menos negocio y que los que se atreven a financiar imponen más trabas y exigencias.

Además, las entidades se han puesto más duras en todo lo que no sean plazos de vencimiento, como por ejemplo en los tipos y las comisiones. Ahora piden más garantías, vigilan más de cerca la capacidad de pago de los clientes y reducen la relación valor de la casa-dinero prestado. Y advierten: serán mucho más estrictos en los meses venideros.

Las empresas no lo tienen mejor. Muchas de ellas han pasado por taquilla en los últimos meses para refinanciar sus préstamos hipotecarios y han tenido que aceptar condiciones durísimas. Las numerosas fusiones y adquisiciones protagonizadas por compañías españolas en el pasado más reciente pueden complicarles el futuro. Los más expuestos, es evidente, las constructoras y las inmobiliarias, que acumulan unos niveles de deuda que comienzan a ser preocupantes.