« María Asunción Mateo Me gusta que me digan 'mujer de hierro'»
-Ha sido nombrada pregonera del Carnaval de El Puerto. ¿Cuál será su tipo?
Actualizado: Guardar-De ola o algo así... Para ir de sirena estoy un poco madurita ya.
-Usted le pidió un autógrafo a un hombre y terminó casándose con él.
-Fue el máximo autógrafo, sí.
-¿A quién le pediría su firma hoy?
-A nadie.
-¿Hay más bondad o maldad?
-Bondad, desde luego. Yo soy de las que ve la parte buena.
-Ve la botella medio llena...
-Depende, lo que ocurre es que hay mucha bondad, pero no vende. La bondad nunca está en primera página. Los informativos dan media hora de atrocidades y al final, si acaso, te dan una buena noticia.
-Cambia de canal cuando...
-Si algo no me gusta. Hay muchos programas sórdidos, groseros. No voy a decir que solamente veo los documentales de la dos; a veces también veo cotilleo, pero suelo cambiar cuando veo algunas cosas... Cada vez más, debe ser un signo de vejez.
-¿Escribe poesía?
-Hasta los notarios escriben poesía, pero soy consciente de mis posibilidades y me he pasado a la prosa.
-¿Es usted una mujer de hierro?
-¿Porqué?
-Algunos lo dicen.
-¿Es cierto? Pues me gusta que me digan mujer de hierro aunque, desde luego, yo no soy la Tatcher. Juan Panadero dice en una copla: «Me hirieron, me golpearon/ y hasta me dieron la muerte,/ ¿pero jamás me doblaron!» Si eso es ser una mujer de hierro, lo soy, aunque más bien soy una frágil mujer de hierro.
-¿Un verso que no sea de Alberti?
-Hay un soneto de Garcilaso que dice: «Yo no nací sino para quereros;/ mi alma os ha cortado a su medida;/ por hábito del alma misma os quiero./ Cuanto tengo confieso yo deberos;/ por vos nací, por vos tengo la vida,/ por vos he de morir y por vos muero».
-¿Qué hay después de la muerte?
-Una cosa para cada cual: si eres creyente de una religión puedes convertirte en un topo, o un caballo.
-¿Y para usted?
-Nada.
-¿Seguro?
-Eso tiene su mérito, no se crea...
-¿Su mayor virtud?
-La lealtad.
-¿A quién tiene pendiente dar gracias?
-Soy muy expresiva y cariñosa, y digo gracias, gracias, gracias, pero no hay nadie pendiente.
-¿Y pedir perdón?
-No soy quién para perdonar. Prefiero pasar página.
-¿Qué podría contar de Alberti que nadie sabe?
-Si lo digo ¿qué quedaría para mí? Creo en la intimidad.
-¿Qué no sabe nadie de usted?
-Los que piensan cosas malas no saben las buenas. Y al revés. Soy una persona sencilla, afable.
-¿Cuál es la película de su vida?
-Ninguna en especial, aunque la única película que me llevó a ver Rafael fue El gato pardo. Eso ya dice algo.
-¿Qué le parece que el Teatro Municipal de El Puerto se llame Pedro Muñoz Seca y no Rafael Alberti?
-Me parece fantástico. Muñoz Seca se merece veinte teatros. Rafael decía de él que era una bellísima persona. No me ha parecido bien el procedimiento. Dejémoslo ahí.
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