Unos jóvenes caminan por el pasillo de un instituto.
Ciudadanos

Una oportunidad para ganarse un futuro

El director del centro para menores conflictivos de Benalup explica cómo intentan reintegrar socialmente a estos jóvenes

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El centro está Benalup. Tiene 15 plazas para atender a adolescentes con graves problemas de trastornos de conducta. Siempre está lleno. Por desgracia, hay muchos más casos que espacios donde chicos problemáticos puedan tener una oportunidad real de integrarse en la sociedad.

El centro que gestiona la fundación de carácter solidario Márgenes y Vínculos, con la colaboración de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, es uno de los escasos oasis de esperanzas que existen en la provincia para estos jóvenes a los que el peso de la vida les ha aplastado antes de haber tenido la oportunidad de crearse un armazón con el que parar los golpes. «Aquí vienen los casos más conflictivos. Muchos de ellos llevan en centros de menores desde pequeños. Muchos nunca han contado con una familia y eso, en muchas ocasiones, provoca problemas fuertes que derivan en conductas agresivas. Aquí le aplicamos un tratamiento específico a cada caso con un tiempo máximo de dos años y la verdad es que está teniendo bastante éxito», explica Ricardo Torres, director de Márgenes y Vínculos.

La prioridad para los profesionales que trabajan con estos chavales diariamente es proporcionarles las herramientas suficientes para que accedan al mercado laboral con las suficientes garantías que impidan un abandono prematuro de sus empleos. «Intentamos corregir sus conductas. Primero se les hace una evaluación para determinar los problemas de su fracaso personal, para luego poner los mimbres que eviten próximas frustraciones. Sabemos que con las edades que trabajamos, prepararlos en su vida prelaboral es fundamental, porque en muchos casos un empleo es el único camino para integrarlos en la sociedad», indica Torres.

No existe la receta única que asegure el éxito en el tratamiento de los chicos problemáticos que pasan por el centro de Benalup. «Son los niños más conflictivos dentro de una sociedad donde ya hay mucha conflictividad a esa edad. Algunos incluso han cometido más de un delito. Hay que darles mucho cariño y estar muy cercanos a ellos, para luego intentar corregir sus conductas agresivas. Es increíble ver cómo cambian en poco tiempo. Hace poco tuvimos a un chico que al principio de ir a clase, quiso pegar a una profesora a embarazada y montó un escándalo tremendo en el instituto al que iba. Al final de curso, era un buen estudiante e incluso el director lo propuso para que continuara con los estudios», recuerda el director de Márgenes y Vínculos.

restevez@lavozdigital.es