Espectáculos en sesión doble
Show de tapas exporta su particular fórmula de cocina moderna a un nuevo local en el Paseo Marítimo tras el éxito de su propuesta en el casco antiguo de Cádiz
Actualizado:Un grupo de chavales y chavalas jóvenes se prueban los uniformes: colores oscuros, jugando con el negro, es el color de la vanguardia en la hostelería actual. José Manuel y Manolo comen tortilla a las cinco de la tarde. Llevan dando retoques desde las ocho de la mañana. Abren el próximo lunes en la esquina de Fernández Ballesteros con el Paseo Marítimo su nuevo Show de Tapas. Todo va muy rápido. Llega el del grifo de la cerveza. Llevan esperándolo todo el día. Él se excusa. Le dicen que el tiempo corre, pero no pierden la sonrisa. Reconocen que es la clave de la casa.
Hace tan sólo nueve meses, el 28 de febrero de 2007, abría en la calle de San Francisco de Cádiz, Show de tapas, un local en el que comer de forma informal pero caracterizado por una cuidada imagen de los platos y una cocina algo atrevida para las propuestas que se ven habitualmente en la ciudad. El establecimiento ha logrado ganar en ese terreno tan difícil que es el boca oído y se les califica con las famosas tres b, que están detrás de los éxitos en hostelería: bueno, bonito y barato.
José Manuel Domínguez tiene 31 años. Es de Cádiz y lleva desde los 18 años en el mundo de la hostelería, donde empezó como camarero en el mítico Curro El Cojo. Show de Tapas es su primera experiencia como empresario. Conoció a Manuel Gallardo, 27 años y nacido en Chiclana, en el trabajo y a los dos meses de compartir tajo decidieron montar negocio juntos. Uno en la sala, José Manuel, y el otro a los mandos de la cocina, Manuel.
Gallardo señala que es cocinero por vocación. Lo suyo empezó en la mili. Le destinaron a la cocina y allí surgió la afición. Luego se colocó en un hotel de Chiclana, El Barrosa Palace, y ahí aprendió las claves de la profesión. Sobre todo porque contó con la ayuda de Bernardo Benítez, actual cocinero del restaurante Casa Orrequia y que, por entonces, oficiaba en el hotel chiclanero.
Intercultural
Este joven cocinero señala que su cocina recoge elementos de varias culturas «pero sin olvidar nunca la base de nuestra zona. Las recetas están basadas en fórmulas de toda la vida pero renovadas». Pero ambos coinciden que no sólo la comida creativa es lo que les ha llevado al éxito en Show de Tapas, un nombre que escogieron por que era llamativo y resumía un poco la filosofía de espectáculo en la mesa que pretendían. Reconocen que una de las cuestiones que más aprecian los clientes «es nuestro servicio. Tratamos de llevar siempre la sonrisa puesta y de procurar que el cliente pase un rato agradable en nuestro establecimiento».
La fórmula la quieren repetir ahora en el nuevo local. Se han esforzado en que el personal, 18 personas en total, sigan los mismos cánones: «No buscamos a gente que se sepa todo sobre los vinos, buscamos, sobre todo, gente con ganas de trabajar y que logren que los clientes pasen un buen rato con nosotros, con un trato amable y profesional». La tercera pata donde se sustenta el «espectáculo» son los precios. Señalan que se puede comer perfectamente en sus establecimientos, incluido postre y bebidas, por poco más de 12 euros. La carta de los dos Show de tapas será idéntica y basadas en las tapas y las raciones, nada de platos formales.
Cuidado diseño
Acaban de llegar del País Vasco y cuentan que en San Sebastián, donde los bares cuidan el diseño de sus tapas hasta el último detalle, comer de tapas está por encima de los 70 euros. Aquí destacan que es mucho más barato lo que da una idea de la competitividad del sector en la provincia. Apuestan por una cocina abierta al público. En el local que abren el lunes en Fernández Ballesteros la cocina, completamente acristalada y a la vista del cliente, ocupa la parte central del local caracterizado por su luminosidad y por una decoración modena de colores muy alegres. El diseño corresponde a Alejandro Domínguez, hermano de José Manuel y responsable también de la decoración del primer Show de tapas.
El nuevo local tiene 400 metros cuadrados en dos plantas y 40 mesas, con lo que cuatriplican los 80 metros cuadrados del Show de la calle San Francisco: «Sabemos que es todo un reto pero estamos muy ilusionados en que todo salga bien».