Los riesgos de Uribe
La anhelada fe de vida de Ingrid Betancourt y tres estadounidenses en manos de la guerrilla colombiana ya es un hecho pero el gobierno Uribe se la ha birlado al presidente Chávez, quien debía haberla aportado como dato crucial de su esfuerzo negociador para obtener la libertad de los cautivos. Causó ayer algo más que una sorpresa el anuncio oficial de Bogotá de que la policía había detenido a tres guerrilleros de las FARC con los videos y los textos en su poder. No está bien establecido cuando se produjo el gran descubrimiento, pero no es aventurado suponer que el presidente Uribe ha manejado el hecho bajo consideraciones internas y diplomáticas precisas.
Actualizado:El presidente colombiano que pretendía canjear 45 prisioneros por varios cientos de guerrilleros, canceló súbitamente el acuerdo apenas llegado a París el presidente venezolano, que había sido invitado por el presidente Sarkozy para reforzarle y mostrarle la gratitud de Francia.
Hay algo más y que con frecuencia se olvida: el gobierno Bush, un fiel aliado de Uribe de quien estima mucho su conducta contra la guerrilla terrorista y narcotraficante y su hostilidad a la nueva izquierda populista latinoamericana, no ha hecho nada por perturbar la misión Chávez porque desea también la vuelta a casa de sus nacionales, descritos no oficialmente como agentes civiles de inteligencia.
La pugna entre las consideraciones humanitarias y la política sin más sólo podía ser resuelta por un árbitro y se aceptó que fuera Chávez porque se le supone como aceptable para las FARC. Así pues, tras saber que Washington no ponía objeciones, Uribe aceptó pero ¿se volvió atrás en un momento concreto porque ya sabía que él interceptaría la documentación probatoria y podría apuntarse un tanto?
Según Astrid Betancourt, los documentos datan de fines de octubre prueba de que eran parte de la gestión de Chávez que marchaba bien. Pero Uribe, en vez de dejar correr el compromiso, cambió de opinión. Imaginen en qué posición quedaría si algo irreparable llegara a suceder a los cautivos.