Meternos en la cocina
Impulsar la Bahía de Cádiz y convertirla en un espacio competitivo, pues para relanzar la economía es preciso trabajar por hacer de la zona un medio innovador, mejorando la competitividad del tejido productivo existente y desplegando el potencial de nuevos sectores de futuro, eso dice uno de nuestros responsables públicos que ha de suponer el bicentenario de la Constitución de 1812 y desde luego, aunque aplauda la fórmula, no puedo evitar que surjan dudas sobre las posibilidades de llevarlo a cabo.
Actualizado:En Andalucía cada vez hay más entidades que nacen de su apuesta por la innovación y por la gestión del conocimiento y que no son otras que las empresas de base tecnológica. Empresas que cumplen una doble función, complementar a las grandes dificultando así su potencial espantada, y ser tractoras de tecnología mejorando el empleo y garantizándolo en base a su valor añadido y no al coste salarial. Las cosas han cambiado mucho y todo hace indicar que así seguirá hasta al menos hasta el 2011, gracias al esfuerzo de las administraciones por apoyar a las empresas que quieren comenzar a innovar. Hay realidades que se conjugan en el presente de nuestro sistema de innovación, la creación de EBT es un hecho indiscutible, la iniciativa Campus, propiciada desde la Consejería de Innovación Ciencia y Empresa, es un magnífico instrumento y funciona. Si tienes un proyecto innovador y tecnológico al fin encuentras la financiación inicial de la forma adecuada y con los requisitos precisos, no en vano Andalucía cerrará este año 2007 estando a la cabeza de la creación de EBT en nuestro país y esto no es casual, muy al contrario es fruto de políticas que funcionan. Los efectos sinérgicos son abrumadores y se ha sabido convertir la globalización en una oportunidad cercana, dejando de ser una amenaza para nuestra economía. Se han generado empleos de calidad, que permiten que el conocimiento crezca y se desarrolle en nuestro entorno, afortunadamente cada vez somos mas los que trabajamos con proyección internacional desde aquí, desde donde nos formamos, aportando y reinvirtiendo riqueza.
Pero aún persisten muchas condiciones que dificultan la fórmula de éxito planteada por el político andaluz. Nos resulta muy complicado competir, no es que no lo hagamos, sino que lo hacemos en franca desventaja. Por ejemplo carecemos de entidades financieras que apuesten convenientemente y que participen en el desarrollo de esta economía. La base del conocimiento esta ahí, y no exagero si digo que es impresionante, pero la posibilidad para transferirlo no siempre es posible. Me pregunto cuando nuestras cajas decidirán formar parte activa de este tipo de empresas, cuándo formarán parte real de esta economía y prestarán la otra pata precisa para hacer de la economía andaluza un modelo sostenible. Ahora cuando las cifras del ladrillo arrastran a estas entidades financieras no les pregunto siquiera por el compromiso social con sus orígenes, tan sólo por su inteligencia empresarial.
La solución a mi entender pasa por competir con los mismos apoyos financieros con que cuentan otras comunidades, desarrollando y exportando nuestra capacidad y claro está nuestro potencial. Creo que es el momento, ante la mortífera deslocalización que tanto daño ha hecho a la Bahía, de abogar por la rentabilidad de las empresas tecnológicas que ya están ahí. Hasta ahora el apoyo financiero ha venido de fuera, lástima que aquella máxima del diecinueve persista como una rémora, somos los mejores anfitriones, sembramos y aramos nuestros campos para que otros vengan a hacernos la comida.
En resumen, una buena política de base y una pésima política de sostenibilidad, creo que ya es momento de hacer nuestra comida. Cádiz y su bahía ya aran y siembran su campo. En estos días hemos conocido el plan de Industrialización para la Bahía, las grandes cifras y las mejores expectativas lo hacen ambicioso, posible y desde luego necesario, tiene la credibilidad precisa para que los efectos planificados conviertan a la zona en un motor industrial. Confío en que sea asumido por todos, con independencia de partidismos, en clave de competitividad y que en vistas al 2012 todos nos metamos en la cocina.