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a decisión de los padres de la niña Jessica Urizar de recurrir el archivo de la investigación abierta por el fallecimiento de la pequeña de 11 años en un albergue de Barcelona resulta comprensible dadas las circunstancias que desembocaron en un desenlace tan trágico. Los progenitores creen que los resultados de la autopsia, que atribuye lo ocurrido a una «muerte súbita» por bronconeumonía, no despeja las dudas que despierta la actuación de los equipos médicos que atendieron previamente a la menor diagnosticándole gastroenteritis viral. La gravedad del caso exige que, aun respetando el dictamen de los forenses, se realicen cuantas pruebas accesorias sean necesarias para esclarecer sin asomo de duda por qué una niña indispuesta acaba falleciendo y si se cumplieron con rigor tanto los protocolos de actuación sanitaria, como de respuesta de los responsables del alojamiento.