Imagen de la pizzería de El Palmar, ya desmontada.
Janda

Escarmentar en excavadora ajena

El propietario de la Pizzería El Pico de la Ola, que está edificada en madera y ha sido desmontada antes que intervenga la Junta, cree que es una «cabeza de turco»

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La pizzería El Pico de la Ola, situada en El Palmar, Vejer, tiene una orden de derribo desde hace dos meses, y su propietario, Manuel Rodríguez, ha decidido desmontar su negocio antes que lo hagan las palas de la Junta de Andalucía. El detonante ha sido la reciente demolición de la casa de su vecino, Francisco Rosado, en la mañana del martes, y que se encuentra en el mismo carril de Guerrero, en el que hace esquina la pizzería.

Rodríguez ha hecho hincapié en que «no entiendo porqué está ocurriendo esto ahora, por qué unos sí y otros no. Parece como si estuviésemos sirviendo de cabezas de turco». Asimismo, el propietario de la pizzería ha expresado su malestar con las asociaciones de vecinos y comerciantes de las que es miembro. Rodríguez ha comentado que «no han hecho nada para detener los derribos, yo informé hace dos meses de la situación en que me encontraba, en pleno verano te llega una orden de este tipo, pero no se ha hecho nada». Además, Manuel Rodríguez ha resaltado lo doloroso que resulta tener que tirar al suelo sus ilusiones, « y además, se han perdido cinco puestos de trabajo, algo que no se puede entender. Yo sólo he querido ganarme la vida, trabajar y dar un servicio a los visitantes del Palmar, no es comprensible que se permita que se haga esto de una manera tan al azar». La pizzería El Pico de la Ola, lleva siete años abierta y, hace dos meses se cerró el expediente abierto en la Junta y se envió la orden inmediata de derribo.

En este sentido, varios vecinos de El Palmar han comentado que la situación que se está viviendo en la zona «no tiene sentido», ya que el Ayuntamiento de Vejer está a punto de aprobar la revisión de su plan urbanístico, y que éste contempla El Palmar como zona urbanizable. Además, varios vecinos han resaltado que la mayoría de los expedientes están abiertos a personas nacidas en esa tierra, «algunos han heredado los terrenos de sus padres o abuelos». De igual manera han comentado que resulta muy doloroso ver a sus dos vecinos desmontar su casa y su negocio y que en el día de ayer, Francisco Rosado no podía acercarse a ver lo que estaba ocurriendo con su vivienda. En este sentido, Manuel Rodríguez ha declarado que « hoy ya estoy un poco mejor, pero ayer fue un día con mucho dolor. Mañana por la mañana vamos a meter una pala para que cuando vengan los de la Junta ya no haya nada que tirar, e intentaré seguir adelante. Sólo espero que la ilusión de tener un pequeño restaurante con el que ganarme la vida, no se pierda y dentro de un tiempo, cuando se legalice la zona, poder abrir y poder trabajar».

En la actualidad, los expedientes abiertos en las zonas de Caños de Meca y Zahora están paralizados, mientras en El Palmar se están agilizando las resoluciones y entregando cartas de derribo a numerosos vecinos. Éstos, en su mayoría, no quieren ofrecer nombres ni aparecer en fotografías, y denota un miedo poco frecuente de ver, a que las administraciones se fijen en ellos.

lajanda@lavozdigital.es