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DECEPCIÓN. Silva y Villa se lamentan tras el pitido final. / EFE
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El Valencia se despide la competición

Los 'che' firmaron un empate con el Schalke tras jugar durante una hora con diez

V. COSTA
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El Valencia no sólo dijo adiós a la Liga de Campeones al ser incapaz de derrotar en Mestalla al Schalke 04, sino que a falta de una jornada está incluso fuera de Europa, con casi nulas posibilidades de tomar el tren de la UEFA. En un convulso inicio de temporada para el que era un aspirante al título, el Valencia quizás ya no podrá ni contentarse esta temporada con la segunda competición europea, a no ser que se produzca un milagro el 11 de diciembre, cuando el equipo de Ronald Koeman se enfrentará en Londres al Chelsea. Frente al Schalke, la justa expulsión de Albelda trastocó su planteamiento en otro mal partido del decepcionante Valencia, que volvió a acusar su preocupante falta de calidad en el centro del campo, aunque no dejó de intentarlo hasta el pitido final, después de jugar durante una hora con diez.

Al Valencia se le juntó todo lo peor en una primera parte para olvidar. Albelda se autoexpulsó a la media hora con una durísima entrada sobre Rafinha y obligó a Koeman a retirar a Morientes para fortalecer un medio campo lento y sin ideas con Fernandes. Poco después, Caneira se lesionaba, y en el tiempo añadido, Marchena perdonó, solo ante el portero, una ocasión increíble. Marchena estaba en fuera de juego, pero el árbitro no había señalado su posición antirreglamentaria, y el Valencia se fue al descanso sin goles.

Podía haber sido peor para el Valencia si el Schalke se hubiese aprovechado del momento de desconcierto y desánimo tras la roja a Albelda, pero los alemanes no fueron suficientemente ambiciosos.

Sin tiro

Después llegó la patada a destiempo de Albelda para cortar un contraataque germano y entonces se desmoronó el equipo, aunque por fortuna, no se descompuso la defensa, que sólo tembló en un remate de Ernst cuando todavía había once valencianistas en el campo. Cuando sólo había diez y, como era previsible, al inicio del segundo tiempo, al Valencia le tocó sufrir, porque fue el Schalke el que comenzó a hacerse con el control del balón y a llegar con peligro al área local. Cañizares tuvo que salvar el gol en un mano a mano con Altintop, y ello pareció reactivar al Valencia.

Mestalla comenzó a animarse y a soñar con las internadas de Vicente, aunque no encontraba compañía en ataque para meter miedo a los alemanes. Se echaba muy en falta a Villa, y más profundidad, y Koeman decidió sustituir a Vicente, pese a que el valenciano estaba lanzado, por Silva, que tampoco rehuyó el lanzamiento desde lejos, lo que apenas habían intentado sus compañeros durante todo el partido. La recta final fue un quiero y no puedo de los valencianistas, que lo intentaron por ambas bandas y con casi todos sus efectivos arriba, pero la defensa del Schalke no se dejó sorprender y acabó por desesperar a Joaquín y compañía, aunque Silva lo tuvo en su bota derecha en el minuto 91 con un remate cruzado. Demasiado tarde para arreglar el desastre.