El Gobierno evita in extremis que el Congreso repruebe a Magdalena Álvarez
El PSOE insta a sus diputados a acudir en masa al Hemiciclo para salvar la cabeza de la ministra de Fomento «Me reprochan hasta el haber nacido», dice la responsable de infraestructuras
Actualizado: GuardarEl Gobierno evitó ayer in extremis la reprobación de la ministra de Fomento planteada en el Congreso por Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, y que contó con el apoyo del PP, CiU, ERC y parte del Grupo Mixto. Magdalena Álvarez salió airosa gracias a la llamada a rebato del PSOE, que reclamó a sus diputados que acudieran en masa. No había excusas, tenían que estar todos. IU-IC pedía el cese de la ministra por su «arrogancia» e «ineficiencia» en la gestión ferroviaria.
El Congreso se llenó de diputados de todos los colores. Los había convalecientes -una puérpera y alguno con el brazo en cabestrillo, incluidos- y aquellos que a lo largo del año apenas se dejan ver en el hemiciclo. Incluso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pasó a emitir su voto. Y eso que tenía en su agenda una cena de gala que los Reyes ofrecían al presidente de Rumania, Traian Basescu.
El resto de ministros con acta de diputado, a excepción de Miguel Ángel Moratinos, en viaje oficial en Estados Unidos, también acudió al rescate de Álvarez. El recuento final se saldó con 170 votos a favor y 173 en contra, por lo que se desestimó la petición. La votación se hizo de forma nominal y por llamamiento del presidente, Manuel Marín, tras una petición del PP, que quería así que cada una de sus señorías -y en especial los socialistas catalanes, que no rompieron la disciplina- se retratara. En lo que va de legislatura, sólo en la votación del Estatut se ha utilizado este sistema.
El apoyo de Nueva Canaria, la Chunta Aragonesista, el BNG -socio de Gobierno del PSOE en Galicia- y el del PNV, que la víspera recibió en Vitoria el apoyo socialista a los presupuestos del Gobierno vasco, fueron el salvavidas de Álvarez. Una ayuda que se gestó a base de muchas llamadas de teléfono y muchas reuniones en petit comité desde la víspera.
Álvarez afrontó tranquila y siempre con una sonrisa su petición de cese. La ministra, que llegó tarde, fue recibida con división de opiniones (pitos y aplausos) aunque no dudó en entrar en la Cámara saludando al tendido. En un receso antes de la votación aseguró que las críticas no le quitan el sueño. «Me reprochan todo, cómo visto, cómo hablo, cómo sonrío y, seguramente, hasta el haber nacido», dijo Álvarez, quien aseguró que seguirá en su puesto «hasta que lo quiera el presidente del Gobierno».
Por su parte, el PP afirmó que el Gobierno salió del trance «gracias a los votos de dos tránsfugas», en referencia a Joaquin Calomarde y Román Rodríguez. Estos dos diputados proceden del propio PP, el primero, y de CC, el segundo, y ambos militan ahora en Nueva Canaria.