La prudencia estará en el banquillo

Domingo. Carranza. Poco más de las 19.30 horas de la tarde. El Cádiz acaba de terminar su encuentro ante el Racing de Ferrol y poco después harán acto de presencia sobre el césped el filial cadista para enfrentarse al vecino San Fernando. Co-mo en los viejos tiempos, los aficionados que lo deseen podrán optar por quedarse para echar un vistazo a esos chavales que, dicen algunos, merecen estar batiéndose el cobre con los profesionales. También, y de paso, será un reclamo comprobar el estado físico de otrora cadistas como Iván Guerrero o Víctor García.

Con estos ingredientes, es posible que el estadio Carranza presente un ambiente sensacional para lo que viene a ser un partido de Tercera División.

Una motivación extra para los jugadores pero que se queda en una simple anécdota para dos entrenadores que no estarán muy pendiente de la grada.

Tanto para Raúl Procopio como para Antonio Iriondo supone un encuentro con un aliciente más. Pero sin duda, más para el primero que para el segundo. Para el nuevo entrenador del Cádiz B será su debut en el campo donde jugó en Primera División y ante una afición que aún lo recuerda dentro de una defensa legendaria que conformó junto a los Carmelo, Oliva y Juan José. No obstante, Procopio, que ayer entrenó por primera vez al filial en El Rosal, se encuentra tranquilo. Eso sí, sabe que «la motivación estará servida para todos».

Curiosamente, quien más ilusionado se encuentra en la víspera de este derbi provincial es un madrileño como Antonio Iriondo. Al igual que su colega en el Cádiz B, el técnico del San Fernando admite que el hecho de jugarse en Carranza «me alegra más por mis jugadores que por mí porque sinceramente son ellos quienes más disfrutan con estos partidos».

Como entrenador ya ha pasado por Carranza cuando estuvo al frente del Manchego en Segunda B. Recuerda que «ya entonces me sorprendió el ambiente de Carranza para ser Segunda B. Todo aquel fondo tirando papelitos...». Más sorprendido se le nota cuando habla de una ciudad volcada con su equipo. «Es impresionante cuando vas por la calle y ves a cantidad de personas vistiendo la camiseta del Cádiz. ¿Y en las motos no llevan ni casco pero no se les olvida las camisetas!», bromea el entrenador isleño. Más centrado en su equipo, Iriondo asegura que ahora mismo no tiene confirmado su once para enfrentarse al Cádiz B. Además, siempre se deja guiar por un estilo que reza que «el futbolista es como el ser humano de cambiante. Puede que tenga tres días buenos y uno malo. Mi obligación es adelantarme a ese día. Puede que me equivoque pero para eso esta la semana de trabajo».

De la misma opinión es Raúl Procopio, que asegura no «entrará como un elefante en una cacharrería» en lo que siginifica que no revolucionará el equipo.