Cultura

De Goya a Warhol: los grandes del dibujo moderno en el Museo Thyssen

La colección Abelló-Gamazo integra obras de Matisse, Degas o Picasso, entre otros

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El dibujo está en la raíz de la creación plástica. Encierra el código genético de la pintura y la escultura. Sin embargo, en colecciones, museos y exposiciones ocupa un lugar secundario en relación con la pintura, por más que todo gran pintor sea un capacitado dibujante. Las colecciones de dibujo escasean, pero los conocedores no ignoran que el dibujo marca la exquisitez y la excelencia en el mundo del arte. Bien lo saben Juan Abelló y su esposa Anna Gamazo, creadores de la mejor colección española de dibujo, un tesoro que rara vez sale a la luz y que expone ahora, casi en su totalidad por primera vez, el Museo Thyssen -Bornemisza.

De Goya a Warhol, pasando por Van Gogh, Degas, Matisse, Picasso, Miró, Dalí, Gris, Schiele, Kilimt, Balthus, Bacon o Froid y un inagotable etcétera en el que caben todos los grandes de la últimas dos centurias, el conservador jefe del colección Thyssen, Guillermo Solana, ha tenido carta blanca de Abelló y Gamazo para comisariar esta muestra. Ha seleccionado y expone en las salas temporales del Thyssen (Paseo del Prado, 8, www.museothyssen.org) unos diamantes de papel que raramente se exhiben. Piezas tan delicadas como frágiles, que soportan mal la luz y que no pueden superar los tres meses de exposición. De ahí que sea un regalo impagable la visita a esta excepcional selección de Maestros modernos del dibujo. En cartel hasta el próximo 17 de febrero, reúne 71 piezas excepcionales que recorren la modernidad. Solana ha puesto el acento en los siglos XIX y XX y en la esfera internacional. Deja de lado los originales antiguos que también enriquecen la colección Abelló-Gamazo con los que aspira a realizar otra exposición.

Revelador

Desde el Renacimiento el dibujo es «la reflexión previa a la creación de la obra de arte», un elemento primordial que abarca su invención y su estructura, y no sólo su primer esbozo material. «Está en el origen del proceso mental, común a todas las artes visuales, nos revela lo más íntimo del artista; tanto que a su través reconocemos su sensibilidad, inteligencia, instinto y emociones, su consciente y su inconsciente», precisa Guillermo Solana.

Para considerarlo como un medio artístico en sí mismo habría que esperar a la liberación plástica del siglo XIX y la búsqueda de nuevos medios y soportes. Esta búsqueda es el punto de partida de la exposición, que ahonda a través del dibujo en las líneas esenciales de la modernidad. Recorre su evolución en esos casi dos siglos, partiendo de Goya para llegar a creadores recientes como Warhol o a un artista vivo, el británico Lucian Freud. Un recorrido que presta especial atención al último tercio del siglo XIX y primera mitad del XX, culmen de una vanguardia que viajó del impresionismo al surrealismo.

Goya íntimo

El magnífico, diminuto e íntimo retrato a lápiz que Goya realiza en 1805 de su mujer, Josefa Bayeu, es el punto de partida. El genio aragonés es el más claro precursor del arte moderno, sobre todo con una obra gráfica que en vida le dio notoriedad internacional. La revolución que supuso la liberación en la representación del cuerpo se anuncia en la joya de la exposición: el pastel de Degas Después del baño o Bañista secándose (1895). El diamante de papel de más quilates, de adquisición reciente e inédito en España que se compara con Joven arreglándose el pelo (1939), de Matisse, para apreciar como la modernidad viaja alejándose del modelo natural para llegar casi hasta la desfiguración en Mujer en cuclillas (1917) de Egon Schiele, un hito contemporáneo.