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«La automoción necesita otro modelo de gestión para salir de la crisis»
Pedro Nueno, profesor del Iese, propone siete prácticas de buen gobierno para devolver a la industria automovilística española el prestigio del que gozó en otros tiempos
Actualizado: GuardarEl profesor del Iese Pedro Nueno manifestó, durante la presentación del informe La gestión en el sector de automoción: Reflexiones y prácticas para el buen gobierno, que la industria automovilística española ha realizado un gran esfuerzo en los últimos años y las fábricas han tenido que luchar frente a otros mercados porque era su única arma para demostrar que lo están haciendo bien. «Sin embargo, los fabricantes en la actualidad no ganan dinero y la causa -apunta Pedro Nueno- es que no son buenos gestores. Es una de las razones que ha provocado la entrada de los fondos de inversión en algunas compañías, como es el caso de Chyrsler».
Nueno destaca la incapacidad para defender los márgenes comerciales en la industria automovilística española, el escaso rendimiento de las prácticas de excelencia empresarial y paradojas como que siendo una industria en continua innovación en sistemas de seguridad, sea incapaz de comunicar con eficacia estas tecnologías. Apunta que es necesario aceptar la premisa de que el sector de la automoción es clave e insustituible para la economía europea y tanto empresarios como sindicatos, reguladores y gobiernos deben trabajar conjuntamente para aumentar la competitividad.
Un buen momento
El informe concluye que 2007 era un buen momento para plantearse un cambio en el modelo de gestión, ya que la marcha de la economía global ha creado un escenario adecuado y los mercados estaban sensibilizados sobre la conveniencia de aflorar problemas ocultos.
Para crear un futuro prometedor, el estudio señala siete prácticas de buen gobierno. En primer lugar, sugiere no intervenir en las decisiones estratégicas de proveedores o clientes presionándoles sobre su localización geográfica. «Las compañías deben dejar libertad y no meterse en este tipo de decisiones, porque en otros sectores no es habitual que lo hagan», añade Nueno.
La segunda sugerencia consiste en no establecer limitaciones a proveedores o clientes con relación a la utilización de su propiedad intelectual, haciendo clara referencia a las patentes. Tampoco se debe exigir el acceso a la información interna de gestión de proveedores o clientes. También rechaza la imposición unilateral de los costes, cambios de precios, descuentos, exigencias de inventarios, a proveedores o clientes, distintos a los establecidos en acuerdos de suministro cerrados.
El informe, que forma parte de las publicaciones de Fitsa, también recomienda alertar a los equipos de auditoría interna a dedicar especial atención para detectar situaciones irregulares en las relaciones proveedor y cliente. Por otra parte, pretende estimular la competencia interna aplicando la transparencia informativa sobre los precios de transferencia.
Por último, señala que en las decisiones de cierres o reducciones de capacidad industrial se deben utilizar como criterios clave la protección de la competitividad de la empresa en el largo plazo y la destrucción mínima de valor para el accionista.