Momentos de 'El Torta'

ara morir no basta con querer morirse, ni siquiera con conocer el camino; se precisa de un fatídico arrojo, y ni aún así, pues en última instancia, es la muerte la que elige recogerte con su abrazo de nieve. Pero incluso a la muerte se le debe motivar, condimentar su letal voluntad a base de emoción espiritual. A la muerte se le debe dar peligro de vida, andar por ese filo de navaja, sentir ese hierro candente de las fraguas en tus carnes. No, no basta con morir en vida. Para morirse se precisa camelarse a la propia muerte, ganársela. Al cante, como a la muerte, hay que camelárselo, no basta con querer y saber cantar. Uno se debe entregar a ese oscuro abismo sufrido y que sea el cante, desde los árcanos de las tinieblas, el que elija a aquellos que posean el don del arte. Juan Moneo, El Torta, es para el flamenco todo eso, o lo que es lo mismo, lo es todo sin ser él nada. Encierra en su cante todos los misterios y fatiguitas de sus vivencias, y él ha sabido fluirlas a través del agua del cante; pues asumiendo su indomable rol de espíritu salvaje y bohemio, es capaz de construir imperios de torres de oro y nácar con campanas de plata, con manos de mendigo. El Torta le da al cante emoción, frenesí, angustia y dolor. Su irregularidad es la propia de los artistas hondos, al igual que sus cimas. Su voz araña a los soníos negros, sangra y se rompe a sí mismo, con el mérito de no conocer techo, ni para bien ni para mal. O forma un lío o sale abroncado, como los buenos toreros. Lo que Juan es capaz de aportar, siendo disfrutable además para todos los públicos, es amor y sensación de riesgo; la cual, me temo, hoy en el flamenco nadie es capaz de dar. Un artista que ha bebido de lo mejor, admirador de Agujetas, de Borrico, de Chocolate, de su hermano Manuel, y siendo compadre de Luis de la Pica, no tenía más remedio que sangrar, más que sudar, arte por los poros de su piel. El Torta presenta Momentos, su nuevo disco. Y aunque soy partidario de verlo más en directo, pues ahí es donde se aprecia su salvajismo, el disco es fiel reflejo de todo él. Música para no olvidar.