LUCES Y SOMBRAS

¿Llega el AVE?

Creo recordar que fue en el año 1996 cuando escribí un artículo titulado El AVE, para Cádiz. Lo hice motivado por el intenso debate suscitado a raíz del proyecto de alta velocidad entre Córdoba y Málaga y por el silencio que desde hacía algún tiempo venían guardando las instituciones, los partidos políticos, las organizaciones empresariales y sociales e incluso los medios de comunicación respecto del proyecto de de las mismas características que se consideraba vital para el desarrollo de buena parte de la provincia y. de la capital. Silencio, que se hacía más ostensible si se tenía en cuenta que años antes el alcalde de Cádiz fue objeto de críticas muy ásperas por no haber conseguido el tren de alta velocidad para la bahía. Me preguntaba qué es lo que había cambiado desde entonces para que las reivindicaciones sobre el Ave brillaran, de pronto, por su ausencia.

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En ese artículo priorizaba el proyecto del AVE para Cádiz en base a diversas argumentaciones entre las que destacaría, de forma resumida, las siguientes:

1ª.-Mientras que la Costa del Sol disfruta de una actividad turística muy consolidada, en nuestra provincia se encuentra aún en fase de desarrollo por lo que se hace acreedora de fuertes inversiones en infraestructuras que potencien el sector turístico.

2ª.-La tasa de paro, la más alta de España, que padece la provincia, es título más que suficiente para legitimar nuestras reclamaciones en inversiones productivas como pudieran ser las relacionadas con el AVE.

3ª.-Las potencialidades que encierra la provincia en general y la bahía en particular, hacen del AVE un proyecto de una gran rentabilidad económica y social.

Hoy, al cabo de once años, sigo pensando lo mismo, por eso me congratula que se hayan iniciado las obras que permiten incrementar sensiblemente la velocidad del tren en el trayecto comprendido entre Sevilla y Cádiz. Sin embargo hay algunas cosas que me preocupan. En algún sitio he leído que los tramos puestos en servicio permiten la circulación en alta velocidad, para lo que se les ha dotado de vías totalmente nuevas sobre traviesas polivalentes con el fin de posibilitar su futura adaptación al ancho internacional. ¿Qué quiere decir esto? Cabe pensar que de momento se conserva el ancho de vía nacional y que una vez terminada la obra en su totalidad se procederá a su adaptación al ancho europeo pero también puede ocurrir que se mantenga sine die el ancho de vía tradicional y en consecuencia estemos obligados a sufrir las demoras ocasionadas por el intercambiador de Sevilla.

¿Se mantendrá entre Cádiz y Sevilla la misma velocidad que en la línea que va de Sevilla a Madrid? Si no es así me temo que la distinción aristotélica entre sustancia y accidente nos lleve a una disquisición metafísica entre la alta velocidad y la velocidad alta, que al parecer se trata de cosas distintas, y que nos veamos abocados a una confusión en modo alguno deseable.