Cuarto y octavo de morbo
Al igual que necesitamos el hierro, el betacaroteno y el activía, cada humano parece que necesita su ración diaria de morbo, un cuarto y octavo recomiendan ahora los morbólogos, según los últimos estudios realizados por el Centro de Investigaciones de Morbología de Wisconsin (En Wisconsin es donde se estudian siempre las cosas importantes).
Actualizado:Cada humano necesita enterarse de las desgracias de los demás para comprobar que, al fin y al cabo, lo mío no es tan malo o, simplemente para evadirse de los problemas propios. Oé, cuanta filosofía, parezco el griego ese que pensaba tanto.
El papel de proveedora oficial de morbo lo desarrollaba Carmeluchi la del cuarto, el personaje que incluía siempre en un cuplé la chirigota del Gómez y que limpiaba las escaleras sin la bajera. Lo mismo también se podría llamar Carmelucho y ser tubero de Astilleros, pero lo cierto es que estos personajes eran los encargados de satisfacer la dosis diarias de este alimento para el que cada día parece que hay menos anoréxicos.
Carmeluchi la del cuarto ha muerto. A la criticona del bloque se la ha tragado la competencia en forma de pantalla plana presidiendo el salón porque su mala lengua se queda corta ante las historias que cuenta la tele a la hora del café donde aparecen los propios protagonistas de la maldad contando con pelos y señales su caso. Para colmo a la tele no hay que escucharla incómodamente en la escalera, ni soportarle las pompitas que hacía con el chicle la que se paseaba sin bajera, sino que las desgracias ajenas se contemplan con cafelito caliente y acurrucaos en el sofá.
Los carmeluchos del cuarto de pantalla plana, sonido dolby estéreo y señal digital necesitan cada día historias capaces de satisfacer la necesidad de morbo de sus millones de morbosos. Decir que Perico el del tercero, cuya rojez de nariz atribuía su señora a un zarpullío nasal, le pegaba al caldo y no precisamente al del puchero, las historias que contaba Carmeluchi son una tontería al lado de la historia del marido que pedía perdón y después se la carga que hemos tenido ocasión de vivir en los últimos días.
Ahora todos nos rasgamos las vestiduras y nos preguntamos que medidas hay que tomar para evitar estas situaciones. Qué lo solucionen ellos... nosotros, millones de nosotros, estaremos otra vez el lunes pegados a la carmeluchi de pantalla plana, alimentando nuestro morbo y sin sentirnos nada culpables.cuanta comodidad.