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Cerco a la violencia machista
El día mundial contra esta lacra social llega hoy con múltiples iniciativas para ofrecer apoyo y esperanza a las víctimas de los malos tratos
Actualizado: GuardarEl cerco legal e institucional a la violencia machista se estrecha más allá de las terribles cifras de mujeres asesinadas, y así lo prueban los 50.000 hombres condenados (el 72% de los procesados) por malos tratos en dos años. Pero, al cumplirse hoy el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, también se abre para las víctimas de esa lacra social un horizonte de apoyo y de esperanza, fruto de múltiples iniciativas de concienciación y prevención desde todos los ámbitos políticos y ciudadanos.
Algunas surgen casi «de oficio», como sucede con la extensión por toda la geografía española de la mediación en la ruptura de pareja, un método de gran potencialidad preventiva de la violencia por su propia esencia negociadora y «pacificadora» de los conflictos relacionados con la separación. Ésta se dibuja en el trasfondo de bastantes crímenes machistas (el 22% de los presuntos asesinos de este año había sido cónyuge, compañero o novio de su víctima, y algunos más se enfrentaban a procesos de ruptura), y por eso el riesgo de desenlace violento baja cuando la «bronca» se desactiva para buscar a medias y desde el mutuo respeto una solución de futuro, especialmente si hay hijos. El 93% de cumplimiento de los acuerdos no deja lugar a dudas sobre esa eficacia.
Pero «la violencia contra las mujeres tiene mil caras», como dice el lema elegido para este 25-N por el Ayuntamiento de Sevilla, y eliminarla requiere del esfuerzo de toda la ciudadanía para descubrirlas en el día a día -aún repleto de privilegios masculinos y desventajas femeninas- y para construir una sociedad igualitaria. La propuesta del Consistorio sevillano es una inversión a medio y largo plazo: la coeducación de niñas y niños.
Esa misma filosofía inspira la iniciativa del Ayuntamiento de Lugo de hacer a un millar de vecinos varones un par de regalos cargados de simbolismo: un costurero y un estuche de limpieza de calzado. Coserse un botón de la camisa o sacar brillo a los zapatos son tareas al alcance de cualquier persona, y de ahí el interpelador mensaje de la campaña, «No seas un macho... Sé un hombre», que enlaza con otra anterior en la que se repartieron cajas de «comprimidos Igualdina», un «medicamento para acabar con la violencia machista».
Películas y cortos
Hay muchas recetas imaginativas contra esa lacra social, y el cine puede serlo con su capacidad de captar la atención y hacer «vivir» la realidad que se asoma a la pantalla. Es lo que pretenden estos días tres Ministerios (Asuntos Sociales, Educación y Cultura) con proyecciones en 19 ciudades de cortos y películas que, como «Te doy mis ojos» y «Héctor», que permitan sensibilizar al alumnado de 14-16 años. El objetivo del proyecto queda claro desde su enunciado, «Cine para ser la voz de quienes callan», y se completará con un concurso de guiones de cortometrajes y el posterior rodaje de los ganadores.
También esos esfuerzos preventivos y de concienciación contribuyen a estrechar el cerco a los maltratadores. Pero no bastan cuando sus víctimas sufren ya esa violencia destructiva. Ellas necesitan otro mensaje, que combine el apoyo legal e institucional -la Comunidad de Madrid ha repartido en 3.000 peluquerías folletos y tarjetas del teléfono de ayuda con el lema «A la primera, llámanos»- con la confianza en los mecanismos de la Justicia. En definitiva, un mensaje de esperanza. Como el «Vuelve a sonreír. Una vida mejor es posible para ti» del Instituto Aragonés de la Mujer, que no hace sino cerrar «en positivo» el círculo de la información y el apoyo con los cada vez más abundantes recursos.