España, tercer país en número de purpurados
El Papa nombra a 3 españoles nuevos cardenales
CIUDAD DEL VATICANO Actualizado: GuardarBenedicto XVI ha nombrado en su segundo consistorio de este fin de semana tres nuevos cardenales españoles, lo que coloca a España, con diez purpurados, como el tercer país del Colegio Cardenalicio por número de miembros.
Por delante de España, que a lo largo de su historia ha dado ya 205 cardenales a la Iglesia, contando los tres nuevos, se encuentran Italia, con 42 (de ellos 21 electores), seguida de Estados Unidos con 17 (de ellos 13 electores).
Detrás de España se colocan Brasil y Francia con nueve cada una y Polonia con ocho.
Hasta ahora los cardenales españoles electores eran Julián Herranz, ex presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; Carlos Amigo Vallejo (arzobispo de Sevilla), Antonio María Ruoco Varela (arzobispo de Madrid) y Antonio Cañizares Llovera (arzobispo de Toledo).
A ellos se unen ahora Agustín García Gasco, arzobispo de Valencia, y Luis Martínez Sistach, de Barcelona, que reciben el capelo cardenalicio hoy.
Los eméritos, es decir los que no pueden participar en un cónclave, aunque pueden ser elegidos Papa, son Francisco Alvárez Martínez (arzobispo emérito de Toledo), Ricardo María Carles Godó (emérito de Barcelona) y Eduardo Martínez Somalo, ex camarlengo de la Sacra Romana Iglesia.
A partir de hoy se une a los "jubilados" el jesuita español Urbano Navarrete Cortés, nacido en Teruel en 1920, y que fue rector de la Pontifica Universidad Gregoriana.
Toledo sigue siendo la diócesis que ha tenido un mayor número de cardenales, con 33, seguida de la de Sevilla, con 26. Valencia hacía 80 años que no tenía un cardenal (el último fue Reig Casanova).
Gesto del Papa con Valencia
Fuentes vaticanas han explicado que con el nombramiento de García Gasco, Benedicto XVI ha querido agradecerle la organización del V Encuentro Mundial de la Familia, que se celebró en Valencia el pasado año y la labor pastoral realizada por el nuevo purpurado.
El encargo lo recibió en 2003 por parte de Juan Pablo II. Tras la muerte de éste, fue el Papa Ratzinger el que clausuró el encuentro en su primer viaje a España.
Ese acontecimiento supuso el momento más destacado y valorado de su mandato arzobispal, precisamente pocos meses más tarde de presentar ante el Vaticano su preceptiva renuncia al haber cumplido los 75 años; veintiún meses más tarde, aún no se conoce el nombre de su sucesor al frente de la Archidiócesis valenciana.