Opinion

Fortaleza y debilidad

El desplome del dólar durante la madrugada del jueves rozó el cambio récord de 1.50 euros. Aunque se quedó a unas pocas centésimas de la marca, la constante depreciación de la moneda estadounidense presagia nuevos registros que, paralelamente, proporcionarán al euro una fortaleza cuyas ventajas e inconvenientes son objeto de permanente análisis. La experiencia acredita -con escasas excepciones- que los países con moneda fuerte se muestran económicamente solventes y vigorosos. Pero, siendo esto cierto en lo que se refiere a la esfera macroeconómica, no es posible ignorar las dificultades que tal fortaleza genera en el terreno de las transacciones comerciales.

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Las exportaciones europeas al área del dólar no representan un extraordinario volumen; pero sí son relevantes en algunos sectores de alto valor añadido. Los problemas de Airbus y las enormes dificultades que le supone la apreciación del euro a la hora de competir con Boeing constituyen una buena muestra de lo que sucede también en otros segmentos de importancia para la economía española como el calzado, el vino o la máquina herramienta, que se sostienen gracias a la exportación. A pesar de los potentes respaldos de que goza la moneda norteamericana, la crisis hipotecaria y las bajas perspectivas de crecimiento en EE UU, junto a los altos precios del crudo, están inclinando la balanza en su contra. Una moneda fuerte como el euro ofrece indudables ventajas para Europa porque modera la inflación, al propiciar que se importe a bajos precios, y acrecienta su interés como moneda refugio y activo de reserva. Pero también precisa que se restablezca un mínimo equilibrio, para lo cual la acción de los gobiernos y la del propio Banco Central Europeo se verá limitada.