Un futuro sin enfermos
Actualizado:o podemos vivir para siempre. Ni podemos esperar que alguien descubra algún día el secreto de la eterna juventud. Tenemos fecha de caducidad, que le vamos a hacer. Cuando somos jóvenes jamás pensamos en la muerte, ni en la enfermedad. Todos, alguna vez, nos hemos creído invulnerables, inmunes, inmortales. Pero conforme cumplimos años y la vida nos va marcando, dejando cicatrices, empezamos a tomar conciencia de que somos pasajeros del tiempo. En la edad media con poco más de 30 años se estaba en la recta final de la vida. En la actualidad, en el mundo desarrollado podemos esperar vivir alrededor de 80 años. La ciencia médica ha tenido mucho que ver en la mejora de la calidad de vida y en la cada vez mayor longevidad. Y podemos ser optimistas porque los investigadores siguen logrando éxitos en su trabajo. El último hallazgo lo hemos conocido esta semana: Células madre sin embriones. Es decir, a partir de piel humana se han obtenido células capaces de crear tejidos y por lo tanto órganos. El avance tiene aún que salvar muchos escollos antes de considerar su aplicación práctica pero deja en segundo o hasta tercer plano la clonación terapéutica basada en células madre procedentes de embriones. Con la nueva posibilidad ya no hay lugar a estériles debates éticos. Se abre la puerta a la regeneración del cuerpo humano algo que, dicho así, parece grandilocuente. Pero no creo equivocarme mucho si apunto a un futuro en el que miles, millones de personas con órganos «lastimados» tengan una solución sin sufrir la angustiosa espera de un transplante y sin el temor a sufrir el temido rechazo orgánico. La investigación médica es imparable y estoy convencido de que seguirá brindando grandes descubrimientos. La pregunta es ¿hasta dónde? ¿Cuál será el límite, la última frontera vital del ser humano?