Células sin fronteras
La obtención de células madre denominadas pluripotenciales inducidas ha abierto, de la mano de sendos equipos de investigación de las universidades de Kioto y de Minnesota, una esperanzadora puerta para el desarrollo de la medicina regenerativa. El hallazgo demuestra que los avances científicos, que en tantas ocasiones plantean a las sociedades humanas dilemas éticos imposibles de solventar unitariamente, pueden también zanjar esos dilemas para dar paso a otros nuevos. Sin embargo, la más que justificada satisfacción que los trabajos dirigidos por Yamanaka y Thomson han suscitado en la comunidad científica, y la tranquilidad que han aportado a quienes de manera más abierta objetan de la utilización de células madre embrionarias, no deberían obviar los interrogantes que presenta el avance, las dificultades a las que sin duda se enfrentarán quienes continúen investigando por esa vía, ni la necesidad de seguir explorando los terrenos sobre los que hasta ahora se venía trabajando.
Actualizado:Al lograr reprogramar células de la piel humana hasta convertirlas en células capaces de diferenciarse, comportándose como si fueran embrionarias, la persona enferma podría convertirse en su propia fuente de curación. Ahora bien, el hallazgo es el resultado de un ensayo de laboratorio por el que la reprogramación celular se obtiene mediante la inoculación de virus, cuya cadena de efectos no resulta fácil de controlar, por lo que sería preciso comprobar si podrían convertirse en causantes de mutaciones genéticas que deriven en procesos cancerosos. El hallazgo simultáneo de los dos equipos científicos se sitúa en el ámbito de la investigación básica. Pero el momento en que se encuentran sus logros no sólo exigiría esperar varios años para que pudiera dar lugar a soluciones terapéuticas garantizadas mediante ensayos clínicos, sino que requeriría continuar desvelando los mecanismos precisos de la reprogramación y sus posibles efectos en laboratorio. Además, de la misma manera que la consolidación científica del citado avance suscitaría dilemas éticos de segundo orden -como los derivados de los hipotéticos riesgos que comporte su aplicación o del uso que podría hacerse con el potencial rejuvenecimiento de los tejidos-, hoy por hoy no está en condiciones de anular líneas de investigación que suscitan problemas de orden moral relativos al inicio de la vida humana.