ESPAÑA

El PP lleva al Congreso la batalla electoral y acosa al Gobierno con la economía familiar

El líder popular critica la política internacional del Ejecutivo y reprocha al presidente que crea vivir «en el país de las maravillas»

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Un no disimulado tufillo electoral invadió el salón de plenos del Congreso en la sesión de control al Gobierno. El PP trató de colocar contra las cuerdas al Ejecutivo en el frente interno, con la subida de precios y la pérdida de poder adquisitivo; y en el externo, con el incidente de la última Cumbre Iberoamericana con Hugo Chávez y el rumbo de la diplomacia. José Luis Rodríguez Zapatero se defendió como pudo y Marino Rajoy le acusó de vivir como 'Alicia en el país de las maravillas'.

Quedan tres plenos del Congreso para que acabe la legislatura, y se nota. El PP demostró este miércoles que no va a conceder respiro a Rodríguez Zapatero y sus ministros en la recta final de su mandato, y seguirá así en las tres sesiones de control que restan hasta la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones. En línea con este enfoque, Rajoy apeló a un asunto que no había tocado en estos cuatro años: la carestía de la vida y la merma de los salarios.

El líder opositor dibujó un panorama de preocupar: «España -alertó- es el país de la Unión Europea a 15 en que más suben los precios» y es «el país de la UE a 27 en que más bajan los salarios». Y, preguntó, mientras sucede esto, ¿qué hace el Gobierno? «Nada», se respondió, está como «Alicia en el país de las maravillas», practica «el tancredismo» y vive de «la herencia» que dejó el anterior Gobierno del PP. Ante este, en su opinión, inmovilismo gubernamental, Rajoy garantizó que, si gobierna, bajará los impuestos y, a tono con el clima preelectoral, aprovechó para colar su, hasta ahora, promesa estrella para el 9 de marzo: la exención de IRPF para quien gane menos de 16.000 euros al año.

El presidente del Gobierno aceptó que la subida de precios es innegable, pero la atribuyó a factores «internacionales», como el incremento del petróleo y otras materias primas. Rodríguez Zapatero también admitió que el dato de inflación en noviembre «tampoco será bueno» pese a que «los precios se están moderando», y auguró que las tornas cambiarán en diciembre. Subrayó, no obstante, que la inflación media durante su mandato es del 3,2%, mientras que en el anterior Gobierno fue del 3,4%.

En lo que no cedió el jefe del Ejecutivo fue en la merma del poder adquisitivo de los salarios porque, aseguró, ha mejorado en lo que va de año el 1,3%.

Respeto

El cruce dialéctico fue más tenso en el terreno internacional. El PP preguntó a la vicepresidenta y al ministro de Asuntos Exteriores sobre el incidente entre el Rey y el presidente del Gobierno con el jefe de Estado de Venezuela, Hugo Chávez, en la Cumbre Iberoamericana. Ángel Acebes acusó al Ejecutivo de practicar una diplomacia que ha llevado a «no haberse hecho respetar» por el gobernante venezolano, que ahora «está crecido y dice barbaridades». El dirigente opositor señaló que por ese camino será España la que «acabará pidiendo perdón a Chávez». Eduardo Zaplana tomó el relevo para resaltar las, a su juicio, carencias de Miguel Ángel Moratinos, que han motivado que María Teresa Fernández de la Vega coordine la política exterior.

La vicepresidenta defendió al titular de Exteriores y alabó su estrategia internacional, muy alejada de «la grandilocuencia, prepotencia y vocinglería» practicada, en su opinión, por el PP cuando gobernó, y cuyo mejor exponente fue «la diplomacia de pies en la mesa y acento tejano» de José María Aznar. Sostuvo que ahora la presencia de España en el mundo «es mayor», es «una voz más respetada» y es un «país de referencia para políticas de paz y cooperación».