Emma Cohen (c), viuda de Fernán-Gómez, recibe el consuelo de amigos y familiares en el Teatro Español de Madrid. /EFE
capilla ardiente

El mundo de la cultura rinde el último homenaje a Fernán-Gómez en el Teatro Español

Madrid honra al polifacético actor, director, escritor y académico poniéndole su nombre al Centro Cultural de la Villa

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las puertas del Teatro Español se han abierto a las once de la mañana para rendir el último homenaje a uno de los referentes del arte español, Fernando Fernán-Gómez, que falleció ayer por la tarde a los 86 años tras una larga enfermedad. A lo largo del día, la llegada de flores, telegramas de condolencia y personalidades ha sido constante.

Fue el propio Fernán-Gómez el que pidió que su capilla ardiente se instalara en el Teatro Español, ya que fue ahí donde tuvo su mayor éxito con el estreno de Las bicicletas son para el verano, a finales de los setenta, y en donde recitó por última vez unos textos de su actual director, Mario Gas.

Uno de los últimos en acudir a darle su adiós al mítico actor ha sido el presidente del Gobierno, quien se ha declarado ferviente admirador de Fernán-Gómez. Durante una hora, Zapatero ha acompañado a la viuda del actor, Enma Cohen, en el madrileño teatro donde también ha compartido recuerdos y anécdotas con sus familiares y compañeros de profesión, como Manuel Alexandre. A su salida ha anunciado que el Gobierno aprobará, durante la reunión del Consejo de Ministros de mañana, otorgar una condecoración a título póstumo al académico.

De los primeros en llegar a dar el último adiós al polifacético actor, director, escritor y académico ha sido el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien ha anunciado que la capital le rendirá un tributo: el Centro Cultural de la Villa de Madrid pasará a llamarse Teatro Fernando Fernán-Gómez.

En el Español se proyecta una gran foto en color del actor leyendo una periódico en una terraza, mientras mira a una paloma. En el escenario está situado su féretro cubierto por una bandera anarquista y, sobre ella, la insignia de la Real Academia de la Lengua.

A los lados, unas cuantas sillas están ocupadas por miembros de su familia y los amigos. Entre ellos su hijo Fernando y su esposa, la actriz Enma Cohen, con la que se casó en el año 2000, pero con la que vivía desde hacía 35 años.

Detrás, siete coronas de flores del Teatro Español, Ayuntamiento, Alcalde y Comunidad de Madrid, entre otras, reciben a los cientos de visitantes que se acercan a la sala, en donde suenan tangos como Mi Buenos Aires querido o Caminito, algunas de sus canciones favoritas, ya que Fernán-Gómez conservó la nacionalidad argentina hasta 1984.

Numerosas personalidades le despiden

Entre los primeros en llegar figuraban los académicos José Manuel Blecua y Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española, luego se han acercado Víctor Manuel, Natalia Figueroa y Raphael, quien ha dicho que era "un día muy triste para los amantes del cine y el buen teatro".

Compañeros de profesión como Tristán Ulloa, Juan Diego Botto, Álvaro de Luna, Aitana Sáchez Gijón y Pilar Bardem, ambas desconsoladas y abrazadas a la viuda; políticos como Carmen Alborch o Carmen Chacón; o cineastas como Pedro Olea y José Luis Borau, para quien "su pérdida es un desastre, porque en este país hay grandes profesionales, pero que lo hicieran todo a la vez bien no. Ha desaparecido un figura poliédrica".

Genio y figura

El actor, director, escritor y académico de la Real Academia Española llevaba cerca de un mes ingresado en la unidad de oncología del hospital de La Paz y falleció tras sufrir una insuficiencia cardiorrespiratoria.

Nacido en Lima (Perú) el 28 de agosto de 1921, Fernán-Gómez abandonó su carrera de Filosofía y Letras y se inició muy joven en el cine siguiendo los pasos de su madre, la también actriz teatral Carola Fernán Gómez. Con más de 180 películas a sus espaldas, ha trabajado bajo las órdenes de los más prestigiosos realizadores del cine y ha protagonizado cientos de filmes, como Botón de ancla, El inquilino, La venganza de Don Mendo, Ninette y un señor de Murcia, El espíritu de la colmena, Mamá cumple cien años, Belle Epoque, El abuelo, Todo sobre mi madre o Tiovivo c. 1950.

Su trabajo como director comenzó ya en su madurez, con títulos como El viaje a ninguna parte, basada en su novela homónima publicada en 1985, Mambrú se fue a la guerra o El mar y el tiempo, que protagoniza él mismo.

Pero esta figura camaleónica no se dedicó sólo a la interpretación, sino que destacó también como escritor y se convirtió en uno de los grandes dramaturgos contemporáneos, en especial tras su obra cumbre, Las bicicletas son para el verano, que se alzó con el Premio Nacional Lope de Vega en 1978.

Conocido por un marcado carácter y una inconfundible voz, Fernán-Gómez ha obtenido numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, los premios Nacionales de Cine y Teatro, la Medalla de Oro de la Academia de Cine además de varios premios Goya.