Cultura

«Me arrepiento de no haber sabido expresar mi cariño a la gente que he querido»

La entrevista se publicó el 15 de diciembre de 2006 con motivo del estreno de la película Mía Sarah, en la que el actor interpreta el papel de un entrañable abuelo. Fernán Gómez, con la salud ya resquebrajada, responde desde su casa en la sierra de Guadarrama y confiesa que bebe «un vaso de whisky por semana».

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-¿Qué admira en una mujer?

-En primerísimo lugar, la belleza.

-Siempre lamenta no vivir su vejez rodeado de lujos. ¿No será que, en el fondo, no sabe estar sin trabajar?

-Sin trabajar me encuentro muy bien; me atrevería a decir que mejor que trabajando. Eso no lo relaciono con el lujo. El lujo que echo de menos es el lujo suntuario, el que disfrutan los verdaderos ricos.

-¿Sigue pensando que los Goya son una fórmula injusta de premiar el cine español?

-No recuerdo haber pensado eso ni sé muy bien lo que quiere decir. Pero, en fin, no, ahora no lo pienso.

-La última vez que le entrevisté me dijo que las películas españolas que veía no eran de izquierdas. ¿Confía en el cine como motor de cambios sociales?

-No. Para que el cine influyera en los cambios sociales antes debería haber algunos grandes cambios sociales.

-¿España le duele?

-Ése es un sentimiento muy alto, al cual yo no alcanzo.

-Revisitar la Historia está en boca de todos. ¿Qué piensa cuando ve en los diarios estos días esquelas de la Guerra Civil?

-Sin necesidad de ver esas esquelas, para las personas de mi edad la Guerra Civil española es uno de nuestros peores recuerdos, si no el peor.

-¿Hablar con alegría de «las dos Españas» en el siglo XXI no es un acto de inconsciencia absoluto?

-No estoy seguro de que lo sea. No lo he pensado. Me pilla usted desprevenido.

-¿Ha sido usted el número uno en su profesión?

-Me gustó mucho la respuesta de un torero, no recuerdo cuál, cuando le hicieron esta misma pregunta: respondió 'yo no tengo número'. Me gustaría que se me hubiera ocurrido a mí.

-¿Cómo quiere ser recordado? ¿Qué satisface a estas alturas su vanidad?

-Pues, poco más o menos, eso mismo que está usted diciendo. Me gustaría ser recordado. Hoy por hoy me parece que con que se me recordase estaría satisfecha mi vanidad.

-¿Cómo puede ser un día perfecto, una jornada cualquiera en la vida de Fernando Fernán-Gómez?

-Sin trabajos obligados, con la lectura de un buen libro, la visita de algunos amigos

-¿De qué se arrepiente?

-Eso va en días. Pero de no haber sabido expresar a veces mi cariño a la gente que he querido.