«No habrá marcha atrás en la reforma»
Sarkozy desafía el nuevo pulso de los sindicatos de Francia, pero aboga por el «espíritu de negociación» en la jornada más conflictiva de su mandato
Actualizado:Nicolas Sarkozy proclamó ayer que no cederá ni retrocederá a la hora de acometer su política de reformas sociales. El presidente francés rompió el silencio que observaba, desde el inicio hace una semana de las huelgas en los transportes públicos, en la jornada más conflictiva de sus seis meses de mandato. El 30% de los 5,2 millones de funcionarios secundaron la jornada de lucha en defensa del poder adquisitivo, que provocó retrasos en los aeropuertos y cierres de centros docentes mientras la red nacional ferroviaria y los transportes metropolitanos de París sufrían serios trastornos por séptimo día consecutivo.
«Francia necesita reformas para afrontar los desafíos que el mundo le impone», afirmó Sarkozy en el discurso inaugural del 90º congreso de los alcaldes de Francia. «Estas reformas han tardado demasiado. Después de tantos titubeos, dilaciones y retrocesos, no cedemos y no daremos marcha atrás», aseveró. En su primer pronunciamiento público desde el arranque del desafío sindical a la supresión de los regímenes especiales de pensiones, Sarkozy abogó por «saber terminar una huelga cuando se abre el tiempo de la discusión». «El espíritu de negociación debe imponerse sobre el espíritu de confrontación», preconizó el jefe del Estado horas antes del anunciado comienzo de las conversaciones a tres bandas entre sindicatos, empresas y Estado en la SNCF (ferrocarriles) y la RATP (transportes parisienses).
Cuestión de equidad
Previamente, el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, había confirmado en la Asamblea Nacional (Cámara de Diputados) que el Estado enviará a un representante a las reuniones tripartitas a pesar de que la circulación en los transportes afectados por el conflicto apenas ha experimentado mejoras. «Las condiciones están reunidas como nunca para que todo el mundo pruebe la mejor voluntad posible», declaró con optimismo a prueba de huelgas en la sesión de control al Gobierno.
En su discurso ante los alcaldes, Sarkozy puntualizó que la reforma de las pensiones especiales no es un ataque a los trabajadores.
También advirtió de que hará que se respete la democracia y el orden público pues «una pequeña minoría no puede imponer su ley a la mayoría, ni en los servicios públicos ni en las universidades, lo que es el colmo».
El presidente francés anunció, además, próximas iniciativas para dar respuestas a «la angustiosa cuestión del poder adquisitivo, el crecimiento y el empleo» sin brindar detalles sobre su contenido. Según filtraciones periodísticas, el Gobierno baraja dejar libre de impuestos las pagas extraordinarias entre otras medidas encaminadas a afrontar la primera preocupación de la opinión pública.
Incidentes
La mejora del poder adquisitivo fue el motivo principal del paro de veinticuatro horas que sacó a las calles francesas a 700.000 manifestantes, según cálculos sindicales. En París, François Chérèque, secretario general de la CFDT, única central que ha llamado a reanudar el trabajo en los transportes, tuvo que abandonar a la carrera el cortejo entre insultos de «traidor» y «colaboracionista». El incidente ilustra el clima de radicalización reinante entre las bases, que a menudo desbordan las consignas impartidas desde los estados mayores. En muchas manifestaciones, los participantes corearon lemas alusivos al incremento recientemente decidido en los emolumentos presidenciales.