SOMOS DOSCIENTOS MIL

Siendo pesado

Aborrezco ponerme pesado, ya que considero que la labor de un columnista de la prensa local consiste en ofrecer un punto de vista personal sobre temas que conforman la actualidad jerezana. Por ello intento ser muy escrupuloso a la hora de elegir el contenido de la columna de cada martes y, en especial, evito reiterar algo sobre lo que haya escrito. Lastimosamente, hay veces en que la propia dinámica de los acontecimientos me obliga a insistir en algo sobre lo que ya me he posicionado, pues hay determinados asuntos en los que la reiteración no perjudica, máxime si con ella logramos que llegue su punto y final.

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Leo en la edición de La Voz del pasado sábado que Pilar Sánchez vuelve a acusar a quien fuera su ex socio de gobierno, Pedro Pacheco, de la situación de bancarrota absoluta en la que se encuentra la Gerencia Municipal de Urbanismo, reprochándole que gestionara dicho órgano de forma negligente, irresponsable y sin seriedad. Sánchez señala a los periodistas que actualmente la deuda de la GMU es de 77 millones de euros, cuantía que se multiplicó en los últimos seis años. El número de empleados de dicho organismo tampoco escapa a las críticas, al afirmar la Alcaldesa que la plantilla prácticamente se ha duplicado.

Insisto en que odio ser pesado, pero si repasan anteriores columnas comprobarán que a primeros de septiembre pedía a la Alcaldesa que acudiera a los Tribunales si creía que alguien, posiblemente el mismo Pacheco, había tenido una gestión irregular. Un mes más tarde, el 9 de octubre, suplicaba a nuestra regidora que, de una vez por todas, realizara una auditoría a la Gerencia de Urbanismo si tan convencida estaba de la situación económico-lamentable de la misma. De nuevo hoy le vuelvo a pedir que saque de una vez a la luz cuantos datos posea sobre la anterior gestión de dicho organismo. Si de ellos se desprende que el trabajo realizado es ilegal, sin demora alguna le exijo que los traslade al Ministerio Fiscal, y será la Justicia y no otro, quien deberá poner a cada uno en su sitio.

Verá usted Señora Alcaldesa: una persona puede gestionar una empresa privada bien o mal, con mayor o menor acierto. Si la labor es positiva, dicha persona continuará en su cargo y será recompensada. Si la labor es negativa, ya serán los socios quienes cuestionen dicho trabajo y, con toda seguridad, el responsable acabará engrosando las listas del INEM. Sin embargo, cuando abandonamos la esfera privada y hablamos de gestionar un organismo de carácter publico, la gestión debe ser escrupulosa e intachable por cuanto se administran recursos que son de todos. Ante ello me parece enormemente grave que usted diga que Pacheco gestionó de forma negligente e irresponsable la GMU, que dicha frase la utilice como cantinela reiterativa para salir del paso cada vez que se enfrenta a problemas en los que hay de por medio empleados o dineros municipales y que, una vez pronunciada dicha acusación, no haga nada más.

Según el diccionario de la Lengua Española la palabra irresponsable tiene al menos dos acepciones susceptibles de ser utilizadas en el presente caso: persona que adopta decisiones importantes sin la debida meditación, y acto resultante de una falta de previsión o meditación.

Entenderá que en ambos casos, entramos de lleno en el Código Penal. No debo ser yo quien le recuerde que dicho texto dedica todo un rosario de figuras delictivas a la actividad irregular de las autoridades y funcionarios públicos, incluyendo delitos tales como la prevaricación, la infidelidad en la custodia de documentos, el cohecho, el trafico de influencias, la malversación, los fraudes, las negociaciones prohibidas a los funcionarios públicos o los abusos cometidos en el ejercicio de su función.

Comprenda que usted no puede seguir por más tiempo reprochando la labor de Pacheco sin llevarlo ante los Tribunales, pues conforme va pasando el tiempo, cada vez se hace usted más cómplice y corresponsable de esas negligencias, irresponsabilidades y falta de seriedad en la gestión de la GMU. No olvide que hace ya más de dos años y medio que usted es tanto la Alcaldesa de la ciudad, como la Presidenta de la GMU. Por tanto, si no descubre al culpable, usted se erige en la máxima responsable de cuanto ocurre en el seno municipal.

Resumiendo: si tanta mierda hay escondida, es menester que de forma urgente nos enseñe la misma, no vaya a ser que a fuerza de tanto removerla, al final un día termine salpicándola.