CAÑADA. La zona no entra dentro de la desafectación por no estar catalogada como urbana. / C. L.
EL PUERTO

Las viviendas de Whinthuyssen que ocupan la Cañada del Verdugo no serán demolidas

La cesión a la Junta de Andalucía de los terrenos afectados sólo implicará tener que retranquear algunas de las vallas de las parcelas pero no afectará a las casas

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Los vecinos del diseminado de Whinthuyssen tendrán que ceder a la Junta de Andalucía los terrenos que usurpan de la Cañada del Verdugo. A pesar de ello, fuentes de la Delegación Provincial de Medio Ambiente aseguraron ayer a este medio que «ninguna vivienda se verá perjudicada, ya que las zonas afectadas son mínimas, por lo que únicamente tendrán que retranquear algunas de las vallas».

El resto de zonas (La Caridad, Serones, El Chinarral, El Tomillar, La Valenciana y La Cañada) entran dentro del proceso de desafectación que consiste en el paso de dominio público a bien patrimonial o, lo que lo mismo, que las vías pecuarias dejen de tener sus características inherentes (inalienables, imprescriptibles e inembargables entre otras) para pasar a estar sujetas a otro tipo de reglamentación jurídica que permitirá regularizar la situación de las personas que ocupan los terrenos. Así, los ocupantes abonarán una cantidad económica supuestamente simbólica, aún por determinar, a la administración competente por haber ocupado un espacio público.

Pero el diseminado Whinthuyssen, puesto que no se trata de terrenos urbanos, todo de acuerdo con lo dispuesto en el decreto 155/1998 de 21 de julio (Vías Pecuarias en la Comunidad Autónoma de Andalucía), no podrá entrar dentro de este proceso de desafectación.

Hay que recordar que el pasado 10 de octubre la Delegación Provincial de Medio Ambiente comenzó a realizar las labores de deslinde para determinar qué parte de la cañada estaba ocupada. Los técnicos ya han finalizado el apeo (colocación de estaquillas que marcan el espacio común). En estos momentos, la Delegación está confeccionando el expediente de los presuntos usurpadores y de la superficie afectada. Posteriormente, el expediente será publicado en el BOP y la administración enviará una carta a los propietarios explicándoles su situación concreta para que puedan realizar las alegaciones que consideren oportunas.

Por su parte, el presidente de Whinthuyssen, José Antonio Castro, se ha mostrado muy satisfecho con la solución, ya que, según apunta, «nuestra intención nunca fue la de ocupar el espacio público». Y es que hay que recordar que el último deslinde que se llevó a cabo en las citadas zonas data de 1933, previa calificación del año 1931, por lo que muchas personas adquirieron parcelas sin saber realmente que estaban ocupando cañadas.

Además, también hay que tener en cuenta que en 1997 la Junta de Andalucía firmó un convenio con el Ayuntamiento precisamente para llevar a cabo el deslinde que no se cumplió, y por el que el Consistorio recibió 72.000 euros que finalmente no fueron invertidos en tal fin.