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El Museo del Prado expone una colección de obras del Velázquez «más fabulador»
'La Venus del espejo', estrella de la muestra, regresa por tercera vez en medio siglo Una treintena de pinturas mitológicas del artista dialogan con las de otros maestros
Actualizado: Guardar(Sevilla, 1599-Madrid, 1660). De modo que el Museo del Prado afrontaba un gran reto para ofrecer una nueva aproximación a la obra del genio sevillano. Lo ha logrando estudiando en profundidad al Velázquez fabulador, al gran contador de historias a través de una magistral paleta de la que surgieron grandes obras de corte mitológico o histórico. Este es el logro de la muestra Fábulas de Velázquez. Mitologías e Historia Sagrada en el siglo de Oro, el segundo capítulo expositivo del programa del Prado tras la ampliación, que inauguraron los Reyes este lunes. La venus del espejo, que de nuevo cede la National Gallery y que regresa al Prado por tercera vez en el último medio siglo, es sin duda la pieza estelar de la muestra que ha concebido y comisariado Javier Portús.
Reúne en siete salas del edificio de Juan de Villanueva más de medio centenar de obras, 28 del ellas del gran genio sevillano y 24 firmadas, entre otros, por 17 grandes maestros inmediatamente anteriores o posteriores a Velázquez, y de algunos sus mejores contemporáneos, de Tiziano a Rubens pasando por Caravaggio, El Greco, Ribera, Zurbarán, Poussin o Guido Reni, además de las esculturas de Martínez Montañés o Gregorio Fernández.
Diecisiete años después
Entre los 12 préstamos internacionales de Velázquez que recibe el Prado destaca La venus del espejo que regresa a España 17 años después de su última visita en 1990, para ser también entonces protagonista destacada de la primera gran muestra del Prado dedicada al autor de Las Meninas. «Es casi un mito nacional desde que salio de España en el siglo XIX», apuntó Javier Portús sobre esta pintura «singular desde cualquier punto de vista», considerada como el primer desnudo integral de la pintura española y el único que ha pervivido de los tres que se supone que pintó Velázquez. La primera visita de este excepcional lienzo al Prado databa de 1960. Su regreso ha sido posible gracias a la generosidad de la National Gallery de Londres que también presta Cristo en casa de Marta y María, Inmaculada Concepción y San Juan Evangelista. En este caso, es la primera vez que estas tres piezas se ven en el Prado. Otros préstamos son La cena de Emaús que llega de Dublín, San Juan Bautista que cede el Art Institute de Chicago o la Sibila que ha viajado desde el Meadows Museum de Dallas.
Esta muestra «temática» ha sido concebida y diseñada por el conservador Javier Portús que se propuso indagar en la faceta del maestro sevillano como pintor de historia, obviando su genio como retratista. Incide así en las pinturas que se ocupan de la historia sagrada, la mitología o el mundo antiguo en las que Velázquez alcanzó una notable originalidad.
El Rey: «No estoy triste»
«Estoy bien!». Distendido y risueño, el Rey hizo gala de su buen humor en la charla que mantuvo este lunes con algunos de los periodistas en la inauguración de la exposición que el Museo del Prado dedica a Velázquez. El acto contó con la presencia de Jaime de Marichalar en su calidad de presidente Fundación Axa Winterthur, patrocinadora de la muestra, a quienes los Reyes saludaron con cordialidad.
Al término del trayecto y en el vestíbulo de la flamante ampliación de Rafael Moneo, el Monarca dio prueba de su excelente humor. El cordial saludo de don Juan Carlos a un grupo de periodistas fue respondido con un «¿qué tal, Señor?» de un informador: «Estoy bien!. Muy bien, no estoy triste», respondió. El encuentro se prolongó varios minutos. «¿Qué os voy a contar?» se preguntó el Rey justificando que no iba a comentar su estado de ánimo, dado que últimamente son los periódicos lo que se le adelantan para explicar sus sentimientos y lo que piensa a decir. Bromeaba así don Juan Carlos, aludiendo sonriente a su constante presencia en los medios.