Nunca es tarde
Quizás va siendo hora de que miremos a nuestro alrededor. Qué hacer si no puedes decir lo que piensas, si tu garganta se siente ahorcada y muda en tu absurda compañía. Qué hacer si sólo sientes lo que se figura es correcto sentir y has descuidado tanto tu corazón que hasta el sentimiento se ha vuelto contra ti, dejándote de lado, asqueado y defraudado. Qué hacer cuando ya sólo sueñas con un destino que en nada se parece a la realidad, cuando sólo la memoria es capaz de poner melodía a tus momentos. Qué hacer si sólo puedes caminar cuando tus pies arden por correr en libertad, si te mueres por romper ese contrato del guión que interpretas en la película de tu vida. Qué hacer cuando los focos se apagan, la fiesta se ha terminado y te encuentras sola y pálida en la fría soledad de los teatros engalanados, cuando ves entre tinieblas porque tus ojos tienen una venda de blanca seda. Qué hacer cuando tu casa es una cripta de oro y cuando los diamantes son sólo pecados que adornan tus falsas manos. Qué hacer cuando la botella que descorchas no es del vino de tu agrado, y aun así te obligan a brindar por deseos no deseados. Qué hacer cuando todos llaman vida a lo que tú crees muerte en vida, si tu alrededor es ideal para los demás y sólo para ti es un caótico descalabro de enjambre de ratas. Qué hacer cuando los demás te dicen hola y tú sólo quieres decir adiós.
Actualizado:Quizás hoy es un buen día para gritar, para romper cadenas, para sentir lo que tú quieras. Nunca es tarde para un buen comienzo.