Artículos

Escándalo en la cumbre

Si no esperado, el escándalo de la Cumbre Iberoamericana ha sido el resultado lógico de la política exterior de Zapatero. El papel de España como valedora ante Europa de posiciones comprensivas del castrismo y del populismo izquierdista representado por Chávez, Morales y Ortega ha sido el del aprendiz de brujo. El Gobierno español no sólo ha acompañado a estos en sus desafíos a Estados Unidos sino que ha alentado la retórica anticapitalista que defienden y que obviamente podría llegar a alcanzar a las propias empresas españolas. Ante desafíos como el que hizo Evo Morales en la propia Moncloa, cuando llegó a justificar la nacionalización de las industrias estratégicas en manos extranjeras, el Gobierno de Zapatero no ha sabido dar una respuesta adecuada; no se ha atrevido a dejar claro que España nunca abandonará a las empresas españolas y nunca permitirá la violación de los derechos que asisten a estas y sobre los cuales se sustenta el mercado internacional. El comportamiento de Zapatero ha sido suicida. Ha sido propio del que confunde las inversiones en Iberoamérica con la prolongación del colonialismo y considera lógica la reacción de los gobiernos aun cuando esta suponga el castigo para las empresas españolas.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De nada han valido las concesiones materiales y conceptuales sobre las que se ha asentado la política exterior durante los últimos cuatro años. El escándalo de Santiago de Chile ha terminado con la situación de distinción que se había asignado a España en estas cumbres. La intervención del Rey ha tenido el valor de marcar los campos cuando está en peligro la dignidad nacional pero ha terminado con el trato privilegiado que se daba a España. El Rey ha pasado a ser una pieza más e, incluso, de ahora en adelante, aparecerá inevitablemente para muchos como el heredero de la Monarquía que dominó a las colonias durante siglos. ¿Acaso Zapatero no pretendía aparecer como un político republicano que ha tenido la desgracia de prosperar en una Monarquía? Chávez le ha ayudado a resolver esta contradicción y posiblemente a aquellos empresarios españoles que pensaban hasta hace unos días que la economía no tiene que ver con la política...