Caudal
Paul McCartney ha tomado una decisión. A partir de ahora sólo saldrá con chicas acaudaladas. O como él mismo dice: «Mujeres acostumbradas al dinero». Otros las prefieren rubias, pero Paul directamente las desea millonarias. Parece que no quiere arriesgarse a otro divorcio sangrante, como el que ahora mismo le plantean los insaciables abogados de Heather Mills. Pobre Paul. Todo indica que ha dejado de creer en el amor... Aún no se ha enamorado del todo (apenas acaba de empezar a tontear con una adinerada neoyorquina) y ya se está autoprotegiendo de un divorcio que por lo visto considera inevitable. Pero una cosa es perder la fe en las mujeres y otra en sí mismo. ¿Hasta ahí podíamos llegar! En eso el ex Beatle mantiene la moral muy alta. Él no sólo aspira a conquistar a una que sea rica, sino que además lo esté.
Actualizado: GuardarTeme que las mujeres le quieran sólo por su dinero... Pero no las busca de su edad, sino por lo menos veinte años más jóvenes. ¿Acaso no es ése un amor igual de interesado? Querida, ¿me quieres por mí o por mi dinero? Y tú, ¿me quieres por mí o por mi estupendo trasero? Cuando uno lleva dos tercios de tu vida siendo multimillonario, la pasta se convierte en una segunda naturaleza tan inseparable de ti como tu flequillo. ¿Qué quieres que vean las mujeres cuando miran al célebre superviviente del grupo más importante de la historia de la música pop? ¿Un homeless, un jubilado? Ven a un ser de irresistible atractivo, misterioso, insondable, prometedor, repleto de posibilidades y con un enorme futuro por delante... En definitiva, todas las cualidades de un cheque en blanco.