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A pesar de todo se salvó la difícil papeleta

Los jóvenes Portela y Miki estrenaban titularidad y, pese a la derrota, los laterales azulinos aprobaron su prueba

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Para Miki Roqué y para Juan Antonio Portela no era un encuentro cualquiera. Para estos jóvenes futbolistas el encuentro en el Heliodoro Rodríguez López suponía su debú en Liga esta temporada, pues la veteranía de Ramón, Francis, Mendoza o David de Coz les habían cerrado las puertas incluso de la lista de convocados. Ahora les llegaba su oportunidad y lo cierto es que a pesar de la contundente y justa derrota del conjunto azulina en la isla, ni el jerezano ni el catalán suspendió su particular prueba.

El papelón era mayor si cabe para Miki. La joven promesa cedida por el Liverpool apechugó con lo que le echaron, que no fue que otra cosa que el puesto de lateral diestro. Una posición en la que sólo había actuado en unos cuantos entrenamientos. Miki se las tuvo que ver con Ayoze, y la verdad es que no le superó. No le encaró demasiado en el uno contra uno, pero las veces que el interior del conjunto tinerfeño buscó el uno contra uno, el reconvertido lateral azulino salvó los muebles más que decentemente. Se le veía algo descolocado, sobre todo a la hora de defender las jugadas a balón parado en las que tampoco se explicaba la descoordinación de alguno de sus compañeros.

Su punto más negativo, fueron las incorporaciones al ataque, pues Miki ni subió la banda, ni puso ningún centro en el área rival. Tampoco se asomó por el ataque Portela. El jerezano tenía la papeleta de cubrir la baja de todo un Jesús Mendoza, motor del equipo en la mayoría de los casos.

El canterano prefirió no arriesgar demasiado, pero lo cierto es que cuando se atrevió a sumarse con el balón en los pies fue capaz de marcharse de más de un contrario e incluso demostró una punta de velocidad más que interesante. Cuando se vio obligado a realizar alguna falta no se achicó, demostrando que también puede ofrecer contundencia en la zaga azulina. Puede que a nivel colectivo el resultado no fuera demasiado esperanzador, pero Miki y Portela abandonaron el terreno de juego con un buen sabor de boca individual.