De rivales en las urnas a enemigos íntimos
La disputa política entre el PSOE y el Gobierno cuatripartito se traslada con dureza al terreno personal
Actualizado:Dice la sabiduría popular que dos no se pelean si uno no quiere, y en este caso los dos quieren. Así al menos se ha puesto de manifiesto en los últimos meses (tan sólo hace cinco desde que el nuevo Gobierno llegó al poder), con el enfrentamiento político y personal que mantienen los dos principales líderes de la ciudad.
El alcalde saliente, José María Román (PSOE), ahora portavoz del único partido en la oposición y el actual regidor, el popular Ernesto Marín, se hayan inmersos en una batalla sucia, rastrera en ocasiones y con tintes novelescos según pasan los días, en la que están implicando incluso a sus respectivas familias, vertiendo comentarios públicos y privados fuera de contexto y acumulando acusaciones mutuas que van más allá del ámbito político.
Esta situación no parece beneficiar a ninguno de los dos, ni tampoco a la ciudad; incluso, hay quien ya prevé en voz alta (incluso dentro de uno y otro bando), que el elevado grado de crispación política que se respira en la ciudad ahuyentará aún más a los ciudadanos de las urnas y mermará su interés por implicarse en la vida pública de una ciudad con más del 50% de abstención.
Todo forma parte del juego político, aunque con matices. No es de recibo que el debate sobre el programa de gobierno del cuatripartito (que aún no se ha hecho público) o el estado de cumplimiento de proyectos ya en marcha o a punto de estarlo, esté siendo hurtado a los chiclaneros en favor de una crispación y unos insultos entre partidos y personas que van en aumento y que ninguno de los bandos rehuye.
Ejemplo de ello son las sesiones plenarias, con suporters apoyando a uno y otro bando, o la utilización que se pretende hacer de los medios de comunicación como vehículos para escenificar el cruento cruce de acusaciones.
Y es que el enfrentamiento personal entre José María Román y Ernesto Marín se ha enquistado. Son continuos los ataques y reproches sobre supuestas actividades ilícitas, presuntas especulaciones urbanísticas, ventas bajo cuerda, hipotéticas prevaricaciones o responsabilidades de uno u otro en la pérdida de inversiones para la localidad, que marcan el día a día en lo que va de legislatura.
Ambos dirigentes son los principales culpables de esta crispación, que tiene a otros miembros de los dos partidos como compañeros de reparto. Uno ataca y el otro se defiende atacando, uno manifiesta públicamente que el primer edil ya trabaja en la nueva nave de la empresa familiar sin licencia y el otro contrarresta esas informaciones filtrando un presunto caso de impago de impuestos de un concejal socialista...
Mientras, el tiempo pasa, la ciudad se resiente poco acostumbrada como está a los cambios tras 28 años ininterrumpidos de gobierno socialista y el tándem PSA, PA, IU, PP sigue perfectamente acomodado en el poder.
La elaboración y posterior aprobación de los presupuestos para 2008 será el próximo capítulo de una guerra en la que todo vale.
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