OBISPO DE LA DIÓCESIS DE ASIDONIA-JEREZ

Darnos a conocer

Como ya viene siendo habitual, llegada la mitad de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia diocesana, que este año lleva por lema: «Todavía nos queda tanto por hacer... ¿Participa!». A partir del próximo año comienza el nuevo sistema de financiación de la Iglesia en España, ahora el sostenimiento depende únicamente de quienes hagan sus aportaciones periódicas, sus donaciones y limosnas, así como de quienes marque la X de la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta. Por lo tanto, si eres católico demuéstralo no sólo con la palabra, sino sobre todo con las obras y con la generosidad económica. De esta manera tu fe será viva, tu amor a Cristo y a su Iglesia sincero y tu compromiso con los más pobres será real y efectivo.

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En estos días se ha iniciado una campaña comunicativa con la que se pretende dar a conocer la misión evangelizadora de la que se deriva una ingente labor social, educativa y asistencial que tanto bien hace a la sociedad española. Pese a que casi 8 de cada 10 españoles se declaran católicos, existe un desconocimiento generalizado de las actividades de la Iglesia, de sus necesidades económicas y del momento crucial que estamos viviendo.

Es más, hay una imagen distorsionada de la institución eclesial que dan los Medios de Comunicación que poco tiene que ver con la realidad de generosidad y entrega de la mayoría del clero; con la capacidad de convocatoria de nuestras parroquias, hermandades y movimientos; con los grandes esfuerzos de transmisión de valores y estabilidad social que representan nuestros colegios y centros universitario católicos; con la gran obra social y humanitaria que llevan a cabo muchos religiosos y religiosas, así como las grandes instituciones de Cáritas, Manos Unidas y otras.

En ocasiones se le achaca a la Iglesia que no sabe acercar esa ingente labor a la sociedad, que no está a la altura de los tiempos, de la necesidad de una campaña de concienciación dentro y fuera de la Iglesia sobre la urgencia de la autofinanciación. Pues bien, ha llegado el momento, colaboremos todos con la Campaña general de información promovida por la Conferencia Episcopal Española que durante estos meses y los siguientes se desarrollarán en prensa, radio, televisión, Internet. No tengamos complejos en hacer llegar a la gente de la calle la realidad viva de nuestra Iglesia. Comprometamos a los más próximos en las parroquias, movimientos, hermandades y comunidades a que sean divulgadores en sus ambientes de quienes somos y de todo el bien que se hace por los demás desde la fe en Jesucristo. Y todo ello porque hay un mandato del Señor: «brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que, al ver vuestra buenas obras, den gloria a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,16).

También sucede, que los más críticos con las cosas de la Iglesia son aquellos que por una parte pueden carecer de información, en otras ocasiones están movidos por tópicos y prejuicios anticlericales, o bien que están situados en el desafecto o rencor contra todo lo que «huela» a católico.

Ahora se nos dirá que la Iglesia despilfarra el dinero en publicidad o que utiliza los esquemas mundanos y empresariales. Con todo esto hemos de contar y recodar las palabras de Jesús cuando Él mismo fue signo de contradicción y controversia: «¿Con quién compararé a esta generación? Es como esos muchachos que, sentados en la plaza, cantan a los otros esta copla: "Os hemos tocado la flauta y no habéis danzado, demos entonado lamentos y no habéis hecho duelo» (Mt 11, 16-17).