Jerez

El cuidadoso cultivo de una flor santa

Los hermanos Caro Cordero se dedican a la producción del crisantemo desde hace cuatro años y para ello han dotado sus invernaderos de las últimas tecnologías

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Cuentan los entendidos que el crisantemo es un cultivo que data de la vieja China, aunque fue en Japón donde se convirtió en una flor santa que recibía veneración divina. De hecho, aún se sigue utilizando en ceremonias orientales y este peculiar cultivo se ha convertido con los años en el símbolo de una vida larga. Además, en la actualidad es una de las especies más cultivadas del mundo, y aunque la competencia con Holanda es muy dura, en España existen zonas donde los agricultores han empezado a apostar por esta flor para poder subsistir.

Un claro ejemplo de ello se aprecia en al menos una veintena de invernaderos que se extiende en el término municipal de Chipiona, donde se encuentra la explotación de los hermanos Caro Cordero desde hace años.

Antonio es uno de los tres hermanos que conservan a base de mucho trabajo un negocio familiar que «ha vivido momentos muy duros y que ahora comienza a despegar», como él mismo reconoce. Y es que «la crisis de los claveles y los 8 años que estuvimos cultivando otro producto nos pusieron en dos ocasiones en crisis». No obstante, «somos agricultores. Mi padre lo era y nosotros también por lo que hemos conseguido salir hacia delante a base de mucho esfuerzo. Solicitamos al Ministerio de Agricultura una subvención que nos fue otorgada (de 240.000 euros), además de un préstamo para poder equipar con las tecnologías necesarias 9.000 metros cuadrados centrados en el cultivo del crisantemo y hortalizas como la zanahoria».

Junto a dos operarios más y lo último en tecnología agraria, durante estos cuatro años «hemos conseguido sacar hacía delante una buena producción. Entre noviembre y febrero recolectamos una media de 1.500.000 tallos divididos en 300.000 paquetes, lo que supone una recogida diaria de 4 ó 5.000 paquetes entre los cinco», explicó Antonio.

Esto es posible gracias a un cuidadoso trabajo que «se facilita mucho gracias a las máquinas». Los invernaderos constas de un sistema de calefacción notablemente avanzado que posee unas tuberías en la parte superior y junto a las plantas que se regula siempre a la temperatura necesaria para que florezcan a la perfección los crisantemo. Asimismo, la máquina de recolección, la fumigadora o el control de la luz que deben recibir las plantas -tienen que ser 13 horas de luz y 11 de oscuridad- ayudan notablemente a que «tengamos buenos resultados». «También tenemos una cámara donde conservar las flores sin que se estropeen», añadió Antonio Caro.

Y todo ello sin olvidar que a esta delicada flor hay que tratarla todos los días, «es un trabajo continuo» que finalmete ve su resultado en el mercado. «Estos días el paquete de crisantemo se ha vendido a 90/70 céntimo por unidad, aunque en las jornadas previas al 1 de noviembre subió a 1,10. No obstante, esperamos que llegue a 1,50 euros por paquete», indicó.

braguilar@lavozdigital.es