Un futuro energético muy crudo
La pujanza de China e India dispara la demanda de carbón y petróleo, lo que deriva en altos precios, más emisiones de CO2 y una mayor dependencia de los países exportadores
Actualizado: GuardarLA apocalíptica 'verdad incómoda' que Al Gore describe en su documental no es sólo una fantasía hollywoodiense. Los datos e informes más sesudos demuestran que el 'negro' porvenir augurado por el Nobel de la Paz se acerca bastante a la realidad. Así, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que es la máxima autoridad en esta materia, acaba de publicar un estudio en el que pronostica para las dos próximas décadas un espectacular incremento del consumo de petróleo y carbón a escala mundial por la pujanza de China e India.
La primera consecuencia de esta mayor demanda de combustibles fósiles es un alto precio de la energía -el crudo se acerca ya a los 100 dólares- y, desde el punto de vista medioambiental, un más que preocupante aumento de las emisiones de CO2. A todo ello hay que añadir los riesgos para la seguridad de suministro: crecerá la dependencia de los países de la OPEP, con lo que el mundo estará todavía mas condicionado por los conflictos políticos de Oriente Próximo y por los devaneos de personalidades como Hugo Chávez, presidente de Venezuela. En este 'oscuro' panorama, las renovables apenas arrojan un halo de luz, ya que seguirán cubriendo un escaso porcentaje de las necesidades, según el organismo con sede en París.
El espectacular crecimiento económico de China e India es la causa del tirón en la demanda de energía aunque, como la propia AIE apunta, la solución no pasa por pedir a los países en desarrollo que renuncien a su derecho de alcanzar un mejor nivel de vida. Ambos gigantes requieren cada vez más electricidad para sus boyantes industrias y gasolina para su creciente parque automovilístico -en China había 18 coches por cada mil habitantes en 2005 y lo lógico es que se vaya acercando a Estados Unidos, donde la proporción se eleva a 655-. Según las previsiones de la Agencia Internacional, la potencia asiática superará este año a EE. UU. en emisiones de CO2 y en 2010 le rebasará en consumo total de energía. Sin embargo, todavía en 2030 su gasto energético per cápita apenas equivaldrá al 40% del correspondiente a un ciudadano norteamericano.
Transporte
El problema surge de que tanto China como India van a seguir recurriendo al carbón -en el primer caso aporta el 63% de la energía total- como principal fuente para la generación de electricidad. Su demanda de petróleo también se va a disparar al mismo ritmo en que los coches sustituyan a las bicicletas en sus calles. En concreto, pasará de 9,3 millones de barriles diarios en 2005 a 23 millones en 2030 -el equivalente al total producido por Oriente Próximo en la actualidad-.
El mundo occidental, por su parte, mantendrá su apuesta por el gas y las energías renovables para la generación de electricidad, aunque también necesitará más petróleo para el transporte. «El 70% del crudo se destina a este sector y es una demanda inelástica: por muy alto que sea el precio, no baja», explicó el presidente de Repsol, Antoni Brufau. El máximo responsable de la petrolera se mostró pesimista en relación a las posibilidades de los biocombustibles para sustituir a la gasolina y el gasóleo y también respecto al conjunto de las renovables. «Hemos despertado demasiado tarde», advirtió.
En resumen, se espera un fuerte aumento de la demanda de petróleo -desde los 84 millones de barriles diarios de ahora hasta los 116 en 2030- y dificultades por el lado de la oferta. Las mayores reservas probadas de crudo están localizadas en Oriente Próximo -Arabia Saudí, Irán, Irak, Kuwait y Emiratos Árabes concentran el 60%- y, en consecuencia, se incrementará la cuota de la OPEP en el suministro mundial desde el 42% actual hasta el 52%.
Crisis en 2015
El precio de esta materia prima -situado en la actualidad en 93 dólares, un máximo histórico- dependerá, por tanto, de las inversiones que realice el cártel y de su política. Con todo, la AIE confía en que se modere y evolucione a la baja en los próximos años porque da por seguro que, ante su elevada cotización, se van a acelerar los proyectos de exploración que ahora son más rentables que nunca. Sin embargo, no descarta una crisis en el horizonte de 2015 en caso de que los nuevos yacimientos no logren reemplazar a los ya agotados, lo que derivaría en un colapso de la oferta y una desorbitada escalada del precio.
En este sentido, Brufau alertó de que «en la actualidad consumimos el doble de los que reponemos». «En tierra ya está casi todo explorado, mientras que en el mar hay bajar a 3.000 y 4.000 metros de profundidad, lo que encarece hasta en 100 veces los costes». En conclusión, advirtió, se avecina una etapa de precios altos en el petróleo. Y, según los analistas consultados, a partir de los 100 dólares existe riesgo de recesión económica. Ante este panorama, son muchos los que caen en el pesimismo.
La AIE no muestra una excesiva confianza en las energías renovables. En su escenario central apenas les concede una cuota del 13% y eso que incluye la hidráulica, la biomasa, la eólica y la solar. Los representantes de este sector en España discrepan de su opinión y defienden el potencial de las tecnologías 'limpias'. «La Agencia de la Energía siempre hace sus proyecciones basándose en la inercia, es decir, dice lo que va a pasar si todo sigue como hasta ahora. Pero las cosas cambian», apunta el portavoz de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Según recuerda, en los años 90 nadie confiaba demasiado en la fuerza del viento y este año cubre el 10% del consumo eléctrico en España. «Existe la firme decisión política de la Unión Europea de que las renovables aporten el 20% de la energía renovable en 2020», subraya. «El petróleo a 100 dólares acelerará el cambio hacia estas tecnologías», asegura.