Los 14 sabios
Actualizado:o no sé si es para impresionar o para que los españoles, cada vez mas incultos, sufran una especie de sensación carismática que les lleve inexorablemente a votar al PSOE, argumentando que quienes van a saber mejor lo que le conviene a España que estos señores que no viven en sus calles, no disfrutan de su economía (y digo disfrutar porque ellos, como diría un Moranco, están en el taco), no hablan con sus gentes, no pagan sus hipotecas, no viajan en sus transportes, no guardan colas, no compran en los Mercadona (bueno, pero el Rey hasta hace un par de veranos tampoco), no se curan en sus hospitales Estos señores y señoras, algunas un tanto delirantes, son los nuevos señoritos extranjeros llamados por el señorito español a disfrutar de la dehesa y de paso a transformarla según sus omniscientes cabezas. Pero estos sabios reunidos del mundo mundial no se mezclan con el pueblo, no huelen sus sudores, no asisten a reuniones de Comunidades de Propietarios, no desayunan en los bares una tostada con ajo porque seguramente les dejaría un olor insufrible, no conocen la justicia, ni la educación, ni nada de España que les permita dar consejos. Pero aun así nos van a diseñar un programa que ya produce jolgorio en Moratinos, lo cual no tiene nada de extraño si aceptamos el clima de optimismo que vive nuestra política internacional. Además, estos nuevos ilustrados no van a cobrar un duro, porque su liberalidad es tanta que andan por el orbe regalando sus conocimientos. Es una liberalidad heredera de la Ilustración, de sus luces y nunca de sus sombras. La nueva izquierda ya no es marxista, pero es Habermasiana e Ilustrada, y de esto último mas bien tirando a Mandeville que a Kant. Su optimismo ilustrado es igual al de aquel Jeremy Bentham que dictaba códigos para cualquier nación, en un afán racionalista de moldear la realidad al antojo de la Razón. Por eso, en la antesala del Adviento (¿Huy, perdón! quiero decir Solsticio de Invierno), dispongámonos a dejarnos aconsejar por los mejores.