PACIENTE. Moratinos espera la pregunta. / SERGIO ESPINOSA
ESPAÑA

«Cuanto menos se hable de Hugo Chávez, mejor»

El jefe de la diplomacia española cree que el Rey sale fortalecido del incidente con el líder venezolano

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Pelo blanco, traje oscuro. Fisonomía corpulenta, voz liviana. Mal tiempo, buena cara. Miguel Ángel Moratinos es un hombre de contrastes. Cuanto más críticas recibe su gestión al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, mayor es su optimismo. Y es que el responsable de la diplomacia española se siente seguro de que la política exterior «navega con buen ritmo y objetivos», capaz de superar incluso la marea roja de Hugo Chávez. Moratinos traslada su conocido carácter conciliador al reciente conflicto con Venezuela y opta por «hablar cuanto menos mejor» del líder bolivariano al comprobar que tras el incidente de la Cumbre Iberoamericana la imagen del Rey «ha salido fortalecida».

-¿Ha sido 2007 un año horrible para el ministro de Exteriores?

-Que va, un año muy positivo, ¿no? Lleno de buenas noticias, que va concluir incluso con mejores.

-¿El final no es bastante convulso?

-Todavía no ha llegado el final. El final demostrará que se ha hecho una política exterior seria, comprometida en resolver los distintos conflictos, crisis o desencuentros de forma serena y simple, como en el caso de Chad, donde se armó un gran barullo y nerviosismo, y al final los españoles están en territorio nacional y se cumplió con el objetivo, que era liberarlos lo más rápidamente posible. Y en los demás temas, las cosas van bastante bien. ¿O es que es malo que Sus Majestades los Reyes hayan visitado Ceuta y Melilla por primera vez en toda la historia sin que se produzca una convulsión imposible de revolver con Marruecos? Habría que preguntar a los ciudadanos españoles si no están satisfechos con ese viaje, si se ha gestionado o se ha llevado mal. ¿O es malo tener un debate político ideológico sobre el futuro de América Latina que ha permitido afrontar y aprobar las conclusiones en la cumbre de Santiago de Chile, donde se apuesta por un modelo que consideramos los españoles, el de un Gobierno socialista con un presidente como Rodríguez Zapatero, que ha sido un éxito para los españoles y que debemos compartir con nuestros hermanos latinoamericanos?

-Siga, siga...

-¿O es malo que tengamos por fin un Tratado de la Unión Europea? ¿O es malo que tengamos una reunión por primera vez entre la UE y África? ¿O son malos los acuerdos de emigración con todos los países africanos? ¿O es malo que haya por primera vez una política intensa con el continente asiático? ¿Que haya sido el año que más ministros responsables políticos españoles hayan ido a China? ¿Es malo que podamos vislumbrar la posibilidad de paz en Oriente Próximo con una conferencia en Estados Unidos? Por tanto, ha sido un año francamente bueno. Pero, lógicamente, la realidad internacional no es plana, es compleja, incierta, difícil de gestionar. No hay que extraer conclusiones a corto plazo.

«Con horizonte»

-Asegura el Partido Popular que la política exterior española ha acabado de naufragar definitivamente tras el incidente con Hugo Chávez.

-Yo no sé en qué se basa el Partido Popular. ¿Cómo se define la política exterior?, ¿qué es?, ¿una definición o una entelequia? La política exterior se enfrenta a los intereses españoles. Es la defensa de la paz y de la seguridad. La defensa de los intereses económicos, inversores y comerciales. La defensa de la lengua y de la cultura. ¿Cuáles son los resultados?, ¿cómo está la paz y la seguridad de España en estos momentos?, ¿está mejor ahora o durante el Gobierno anterior?, ¿cuál es el índice económico, el balance de inversiones en Latinoamérica, incluida Venezuela?, ¿están descontentas las empresas españolas radicadas en Venezuela en estos momentos? Hay que protegerlas. Ha habido un incidente, una crisis. Ha habido un desencuentro. Lo que hay que evitar es que afecte a los intereses españoles. Para que lo que han sido estos tres años de incremento sustancial de nuestra presencia en Latinoamérica se pueda consolidar, la defensa de la lengua y la cultura españolas. Por lo tanto, de naufragio nada. Navega con horizonte y con objetivos. Lo que pasa es que ellos no saben hacia dónde navegar. Cambian según el viento que sopla. Nosotros sabemos hacia dónde tenemos que dirigir la nave.

-¿Está convencido de que la crisis con Chávez no tendrá consecuencias en las históricas buenas relaciones con América Latina?

-No, en absoluto. Porque son tan profundas, hemos creado tal entramado. Antes quizás una crisis de este tipo, con alguna reacción muy superficial, muy retórica, podría plantearse que podría perjudicarnos. Pero es que ahora tenemos un marco institucional. Tenemos acuerdos estratégicos con aquellos países con los que contamos con mayor nivel de reacción, con México, con Chile, con Argentina y con Brasil. Con los demás hay también muy buena relación. Hoy día tenemos empresas, intereses económicos, una doble vía de interés porque hay dos millones de latinoamericanos que trabajan en España. Por lo tanto la relación es mucho más densa. Ya no es retórica, ya no es con la madre patria. Se ha creado un entramado muy fuerte de relaciones que obliga, pese a algún desencuentro, a reencontrarnos.

-¿Estas 'garantías' funcionan también con Venezuela?

-Encontraremos una vía de reencuentro. Espero que sea lo más rápidamente posible. Estoy seguro. Los lazos entre Venezuela y España son tan profundos... Tenemos 300.000 españoles con doble nacionalidad. ¿Cómo va a haber una crisis profunda? Hay muchos venezolanos en España. Hay intereses comunes, hay inversiones comunes. Hay por tanto una relación muy profunda. Luego existen divergencias. Lo que dijimos, lo que dijo el presidente del Gobierno en la cumbre de Santiago, es que esas divergencias se podrían tratar de manera respetuosa, con diálogo, cada uno exponiendo su visión, su planteamiento... Pero si no hay acuerdo, no hacen falta tampoco enfrentamientos, ¿no? Eso es lo que tratamos de llevar a cabo.

-La oposición culpa también al Gobierno de acabar con la buena imagen del Rey en Latinoamérica.

-Ha salido reforzada. Ahora todo el mundo elogia, nosotros mismos como Gobierno, la actitud de Su Majestad el Rey. ¿Por qué va a verse afectada? Todo el mundo le admira. Si ha habido un Gobierno que ha trabajado y que trabaja de manera muy coordinada y de manera positiva con Su Majestad el Rey es este Gobierno. Estamos trabajando de forma decidida por los intereses de los españoles. Se vio en la cena de la cumbre. Había una complicidad, unidad, convergencia en la actitud de todos nosotros.

-¿En su larga experiencia como político y diplomático había vivido un incidente similar en este tipo de cumbres internacionales?

-En las cumbres, no. Pero he vivido muchos incidentes de estos. No es el primero que veo.

«Cuanto antes»

-¿Las desavenencia con Chávez están zanjadas o hay que esperar hasta el 2 de diciembre, cuando Venezuela celebra el referéndum sobre su reforma constitucional?

-No hay que esperar al 2 de diciembre. Hay que tratar de superar la crisis cuanto antes. De la manera más rápidamente posible, pero también hay que esperar, hay que evitar toda esta serie de declaraciones y contradeclaraciones. Cuanto menos hablemos del incidente con Hugo Chávez y de la situación, mejor para retomar la confianza y recuperar la relación.

-Chávez no parece compartir esta idea.

-Creo en las últimas horas no ha dicho nada.

-Más al norte está Bush. ¿Se han cerrado ya las heridas abiertas por la guerra de Irak?

-Yo tengo muy buena relación con mi homóloga, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Mantengo una conversación y unos contactos fluidos y tenemos colaboración en temas esenciales: cooperación antiterrorista, crimen organizado, narcotráfico... y luego... cooperación regional. Somos socios importantes de la Alianza Atlántica. Las cosas van bien.

-No tanto en Irak.

-Tiene difícil solución porque la opción que se decidió entonces de ir a una intervención militar fue un error. Y desgraciadamente nos va a costar mucho reorganizar el futuro de Irak. España no quiere mirar al pasado, quiere mirar al futuro, y quiere, por tanto, favorecer una salida. Una salida que deben ser los propios iraquíes los que la encuentren. La comunidad internacional lo que tiene que hacer es ayudar económicamente, diplomáticamente. Pero, sinceramente, ahora corresponde a las autoridades iraquíes pilotar su reconciliación.

-Usted siempre ha estado especialmente implicado en el conflicto de Oriente Próximo. ¿Tiene solución?

-Hay una esperanza de paz en la conferencia propuesta por la Administración norteamericana en Anápolis, que tendrá lugar a finales de este mes. Allí palestinos e israelíes deberán encontrarse, acompañados de la comunidad internacional. Tratar de mirarse a los ojos y decir que tienen que hacer ya una apuesta definitiva por la paz y por la reconciliación. Hay una posibilidad de paz.