Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
ANDALUCÍA

El arzobispo de Granada niega que amenazara a un cura y defiende su libertad de actuación

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, negó ayer en el juicio que se sigue contra él que amenazara al sacerdote Francisco Javier Martínez Medina, a quien destituyó como canónigo archivero y conservador de patrimonio de la catedral. El prelado también retiró al querellante de la cátedra en la Facultad de Teología y le suspendió 'ad divinis', lo que le impide ejercer como clérigo. En la vista, el arzobispo defendió su libertad de actuación como responsable de la diócesis y señaló que actuó contra el sacerdote porque «había perdido la confianza en él».

ANDRÉS CÁRDENAS
Actualizado:

La historia que ha sentado por primera vez a un arzobispo en el banquillo de los acusados comienza cuando el canónigo Francisco Javier Martínez Medina, que curiosamente tiene el mismo nombre y primer apellido que el arzobispo, se le encarga que haga un libro sobre la catedral, obra que patrocinaba la entidad CajaSur. Por entonces estaba a cargo de la diócesis de Granada Antonio Cañizares. Poco después de sustituirle Francisco Javier Martínez, paralizó la edición de ese libro. Debido al enfrentamiento que tuvo el sacerdote querellante con el encargado de coordinar la edición, también le retiró de la cátedra de Teología y le suspendió 'ad divinis'.

El querellante entró entonces en una depresión y acudió a los tribunales, donde acusó al arzobispo de injurias, calumnias, acoso laboral, lesiones y coacciones, además de haberlo humillado y vejado. El canónigo consideraba que el arzobispo, que supuestamente mantenía un duro enfrentamiento con la entidad que financiaba el libro, había actuado contra él movido por afán de represalia.

El arzobispo justificó ayer ante el titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Granada, Miguel Ángel Torres -ya famoso porque fue el que instruyó el sumario del 'caso Malaya'-, la destitución del sacerdote y su retirada de la cátedra de la Facultad de Teología. Según el acusado, todos las decisiones fueron fruto de una «pérdida de confianza». El prelado señaló también que los obispos son «perfectamente libres en las decisiones que toman en sus diócesis», por lo que dijo que no tenía que dar «explicaciones».

También dijo que es falso que tenga mala relación con Cajasur, aunque reconoció que sí ha mantenido diferencias con la entidad financiera. Francisco Javier Martínez negó en todo momento que su marcha de Córdoba, de donde era arzobispo, tuviera algo que ver con dichas desavenencias.