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«Vendo unos camarones que quitan el sentido»
Carmen Ortiz monta su puesto en la calle de la Plaza desde 1987 para ganarse la vida y sacar a su familia adelante
Actualizado: Guardar1 ¿Desde cuándo ofrece este rico producto a los portuenses?
-Llevo vendiendo camarones desde 1987. Primero me ponía enfrente del puesto de Gerardo y ahora en esta esquina. Pero siempre en la Plaza donde la clientela es de mucha calidad. Aquí en El Puerto todos me conocen porque ya son muchos los años que llevan viéndome vender camarones.
2 ¿Y cómo van las ventas?
-Yo tengo una clientela fija desde hace muchos años y no puedo quejarme, pero ahora, en cuanto lleguen las navidades, la cosa flojea un poco porque la gente tiene muchos gastos. Pero bueno, yo me sigo poniendo por lo que pueda caer.
3 ¿Que le llevó a dedicarse a vender camarones?
-Mi marido era marinero y se quedó parado. Entonces, comenzó a buscarse la vida cogiendo camarones y yo los vendo. Somos un equipo de trabajo. Entre los dos vamos luchando por nuestra larga familia.
4 ¿En su casa comen muchas tortillas?
-Tengo cinco hijos y siete nietos y mucha lucha. A ellos les encantan las tortillas de camarones, lo que no les gusta es venderlos. Nadie me quiere dar el relevo.
5 ¿Piensa ya en dejar este duro trabajo y disfrutar un poco del tiempo libre y de la vida?
-Eso mismo le digo yo a mi marido, que cuándo vamos a dejar de trabajar. Ya son muchos años de lucha y estoy un poco cansada.
6 ¿Qué le ayuda a seguir luchando?
-La familia. Sin duda es por lo que siempre hay que luchar. Por sacar adelante a los tuyos y conseguir que tengan un porvenir en condiciones.
7 ¿Es bueno el género?
-Vendo unos camarones que quitan el sentido. Sólo tienes que verlos. Mira qué buenos y frescos. Hoy puedes comer tortilla de camarones, lo más típico, y así tienes la comida solucionada.
Y LA MEDIA LA PONE USTED...
-La vida en la mar es muy dura. Cuando mi marido salía a faenar lo pasaba muy mal porque sabes cuando se va pero no cuándo va a volver. Ésta vida también es dura. Se pasa frío y hay que trabajar mucho, pero la vida de la mar es mucho peor.