A la contra

Con 'z' de Jerez

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Ya decían los evangelios aquello de «los últimos serán los primeros». Y es que la letra de moda es la z, tantos siglos relegada al último lugar del alfabeto, y ahora presente en las primeras páginas de todos los diarios latinoamericanos. Z de Chávez, Juan Carloz, de Zapatero, de Aznar, de Jerez y también de Cádiz. La ciudad (o ciudaz) del otro lado del puente (Carranza, otra) organizará (y otra, ya no cuento más), si el cambio climático lo permite y no ha llegado aún el tsunami que borre los más de 3.000 años de presencia humana continuada en la extraña península, la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en 2012.

¿Y qué pinta Jerez en todo esto? Pues debiera pintar mucho, si lo hacemos mínimamente bien. Exabruptos diplomáticos al margen (no es de personas educadas interrumpirse y mandarse callar), la Cumbre puede ser un catalizador para toda la provincia. Porque Cádiz no va a poder albergar a todos los jerifaltes, mandamases, dignos e indignos representantes de la voluntad popular, y toda su corte de guardaespaldas, técnicos, pelotas y demás. Por no contar a los plumillas y plebeyos varios que siempre nos apuntamos a un sarao (el ya felizmente olvidado Pacheco podría pronunciar «zarao»).

Sevilla ya se habrá puesto las pilas, porque el pastel de las reuniones preparatorias no es pequeño. En la reciente Cumbre de Valparaíso estos encuentros comenzaron nada menos que en mayo, así que son varios meses en los que habrá que poner mesa, mantel y cama para todo el personal.

No queda tanto como parece. En esta tierra que padecemos y disfrutamos, el tiempo hace el amago de caminar despacio, pero su paso es implacable, certero, sin distracciones. Y cualquier distracción puede significar perder la parte del pastel que nos toca. Atentos, porque sería imperdonable perdonar una ocasión tan clara. Aunque igual preferimos nuestro clásico ruido de motos, cornetas y feria a la presencia de los maleducados pero poderosos borbones y chavistas.