Opinion

Bastos

Se ha roto la baraja. Durante 16 cumbres iberoamericanas los jefes de Estado y presidentes de gobierno han jugado sus cartas con sólo dos palos: el de copas de los brindis y el de oros de las buenas intenciones. Pero como ya avisó antes el boliviano Evo Morales, y concluyeron ahora el venezolano Chávez y el nicaragüense Ortega, faltaba el palo de bastos que en esta cumbre 17 se ha llevado de mano. Como verdaderas sotas, estos mandatarios amenazan hoy la potencial fortaleza de nuestros países en el mundo. Comportamientos protagonizados en esta cumbre ponen en peligro la confianza, ese ingrediente tan necesario en estos tiempos de globalización económica, cultural y política.

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Lo mismo que Hugo Chávez sigue de sobrado, nuestro Rey seguro habrá hecho repaso. Sólo faltaría que el palo de espadas engrosara la baraja.