DIVERTIDO. En Cut'n'play, los niños pueden ver una película mientras se cortan el pelo. / SALVADOR SALAS
Sociedad

Los niños se hacen mayores en un mercado en auge

Peluquerías, hoteles y hasta firmas de automóviles ofrecen desde manicura a spas específicos para los más pequeños

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Vestido de marca y complementos de lo más fashion. Sí, pero falta un pequeño detalle: el pelo. Y es que ir a la última no es sólo cuestión de ropa. La moda también está en las peluquerías, que se quitan años con el fin de ofrecer un servicio diseñado única y exclusivamente al público infantil. Lugares donde ya no es un suplicio ir a lavar y cortarse el pelo. De hecho, al mismo tiempo que los pequeños se ponen en manos de los profesionales pueden elegir entre ver una película o jugar a la consola.

Pero si quieren salir aún más guapos, tienen la opción de probar con modernos peinados o, en el caso de las niñas, alisado, trenzas étnicas, mechas, extensiones fantasía y hasta manicura y maquillaje infantil. Y todo sentados en cómodos sillones que emulan desde fórmulas 1 a ferraris. Eso es al menos lo que les espera a los chavales que acudan a la peluquería malagueña Cut'n'play. «Aquí el niño es el absoluto protagonista», asegura su propietario, Daniel Liñán.

«Son ellos los que toman sus decisiones y, sobre todo, a partir de los siete u ocho años, tienen muy claro lo que quieren y son los que eligen», constata Liñán, que además premia con un regalo y un diploma a los pequeños en su primera visita. Pero, además de peluquería, estos negocios se convierten en escenario de fiestas de cumpleaños. En Cut'n'play, ofrecen celebraciones con desfiles, merienda, karaoke y juegos incluidos.

Lo mismo ocurre en Pelilandia Fotokids, donde además de la tarta, el maquillaje y las golosinas, se llevan un book digital con divertidas fotografías de estudio. Para los bebés tienen reservado un certificado del primer corte con un mechón de recuerdo.

Pero en otras fiestas de cumpleaños, los chicos tienen incluso la opción de divertirse en minicines y minidiscotecas. En La Piñata, por ejemplo, lo tuvieron fácil, ya que, como recuerda su propietaria, Viviana Parra, se sitúa en el edificio que ocupó el primer cine de Marbella. «Se trata de fomentar la integración de los niños en la sociedad y crear espacios cotidianos de ocio es una buena fórmula», explica.

Sea como sea, los hábitos sociales han cambiado. «La edad de juego se acorta a la vez que surgen otros espacios y formas para cubrir demandas que dan la oportunidad a los niños de reproducir las conductas adultas, como en las discotecas, sin seguir el curso de la naturaleza», advierte Petra María Pérez, catedrática de Antropología de la Educación de la Universidad de Valencia, en referencia a una moda que incluso ha hecho nacer en los últimos años discotecas exclusivamente pensadas para menores, como la malagueña Makumba.

Un lugar para ellos

El sector hotelero también ha aprovechado la 'racha'. El hotel almeriense Playasol cuenta incluso con un minihotel en el que niños de cuatro a once años pueden pasar el día entre juegos, manualidades, películas o aprendiendo a comer solos en el buffet.

Es lo más light. Existen productos mucho más exclusivos destinados a los más pequeños. Por ejemplo, el spa que ofrece el prestigioso hotel The Residence (Isla Mauricio), donde pueden disfrutar desde un masaje corporal (39 euros) hasta un tratamiento facial (42 euros). En España, tienen la posibilidad de ir al Spa Balneario Solares, en Cantabria; al Balneario Termaeuropa, en Tarragona; o al Spa Balneario Hesperia Guitiriz (Lugo), con masajes especiales y chocolaterapia.

Por no hablar de lo más in: la serie a escala para niños que Porsche hizo para su aniversario de sus modelos Spyder y 917. También Jaguar produce réplicas de sus modelos XK120 y E. ¿Coste? Entre 7.000 y 10.000 euros.